Muchas veces, en el devenir de los días nos vamos olvidando, o quizás,
no nos damos cuenta de los principios básicos que deben de regir nuestra
vida.
Hablo de una vida real, en la que al levantarnos y abrir los ojos
analizamos las noticias, vemos los problemas que están a nuestro
alrededor.
Tomamos un café y compartimos ese rato de la mañana con las personas más
cercanas.
Porque es así, compartimos y estamos con las personas que queremos, con las
personas que decidimos tener a nuestro lado y que aceptaron caminar junto a
nosotros.
Es en esa libertad y en esa decisión plena cuando somos conscientes que no
podemos dividir la mente en pequeños trozos.
Cada persona debe conocer que es, quien es y donde quiere ir. Y sobre todo,
al lado de quien desea estar.
Nuestro rol no se ubica en un instante, sino en cada momento de nuestra
respiración, en cada palabra que expresamos, en cada gesto que tenemos hacia
otras personas.
Hay momentos en los cuales debemos de sujetar ese impulso. Debemos saber
que vivimos en un mundo con unas reglas preestablecidas y las nuestras en
muchas ocasiones, más bien por desconocimiento, general muchas dudas a nuestro
alrededor.
Nuestro mundo está basado en el respeto, en el consenso, en la valoración
de las personas; donde el sacrificio es la entrega, la lealtad y el orgullo de
la pertenencia.,
Estas son las bases de una relación de entrega total. Una entrega ya de por
sí gratificante y enriquecedora para esa persona que siente en su piel que su
mundo es acompañar en el camino a la persona que ha confiado plenamente.
Un mundo donde la felicidad es la entrega.
Un mundo que veo lleno de muescas y penurias.
Un mundo donde los valores del egoísmo están imperando como en el resto de
la sociedad de la que participamos.
Nadie dice que sea fácil vivirlo.
Miramos a nosotros mismos como concepto general.
Que un Amo se preocupe por la realización personal y el desarrollo de su
sumisa es algo que parece está mal visto.
Que un Amo valore como un honor la entrega que otra persona le concede de
forma voluntaria es algo que no parece ser lo adecuado.
Veo constantemente publicaciones que hacen referencia a los programas de
moda de la televisión. Facebook últimamente se ha convertido en el Sálvame del
cotilleo, donde las críticas a los demás, donde las envidias obran a sus
anchas, donde la verdad se oculta en el interés propio a falta de principios y
valores
Ya estoy curado de espantos de recibir críticas por sentir el Bdsm como
algo plenamente íntimo y vivido en la realidad.
La definición de una relación 24/7, no la entiendo como un acto puntual.
Evidentemente es un acto que puede ser reflejado en una sesión. Pero la gran
verdad de la misma es sentir que cuando te despiertas, tanto el sumiso como el
Amo, saben que están compartiendo su vida de una manera constante y profunda.
Cada uno debemos de saber dónde estamos, debemos de tener claros esos
valores para poder sentir la vida de la manera tan especial y enriquecedora que
nos proporciona la realidad de este mundo.
Nos ayuda a saber que queremos, con quien queremos, y lo que queremos ser.
A esto yo le llamo familia.
Una familia mucho más real que la propia, porque ha sido elegida, asumida y
compartida.
Todos necesitamos saber dónde estamos. Eso no significa que esté de acuerdo
con otros planteamientos, significa que deseo conocer más, aprender más e
incorporar a mis principios aquello que crea adecuado.
En base al respeto, asumo que cada persona es un mundo, y así intento
conocer otros dentro de esta forma de
ver la vida. Y como en todos los casos, con unas personas te identificas más
que otras, pero lo importante del respeto es saber que no se debe juzgar,
sencillamente entender que cada uno tiene sus principios personales, aunque,
como dije al principio, creo que se están olvidando esos valores que propugna
el Bdsm.
Si no sintiera a las personas que me rodean como parte de mí mismo, como parte de un todo, como parte de mi familia, me sentiría desnudo ante mí, y la razón de mi carácter no tendría sentido.
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