Opiniones

19 de enero de 2014 a las 16:00

Desde hace tiempo vengo realizando comentarios en Facebook sobre mis reflexiones personales. Pero quizás la más importantes en la actualidad hacen referencia a la vida cotidiana.

Me planteo, en muchas ocasiones, si un perfil o un blog, de una persona Dominante como es mi caso, tiene cabida para reflexiones de otro tipo que no sean el Bdsm.

Desde hace años veo constantemente en los diversos foros los mismo comentarios, las mismas definiciones que, evidentemente, aportan mucho a las personas que se están iniciando. Pero entiendo que en toda persona existe un proceso de evolución y con independencia del rol, cada uno de nosotros tenemos nuestras opiniones y nuestra forma de vivir que afectan al mismo desarrollo de las relaciones del Bdsm.

En varias ocasiones he publicado reflexiones, pero nunca opiniones personales.

Hoy, entiendo que debo dar un paso más. La vida ha cambiado. Nuestro alrededor cada día es más diferente, más intenso. Y en la gran mayoría de los casos más duro el día a día.

Podemos pensar que el Bdsm es un refugio a la dureza de la vida. Una búsqueda de apoyo para poder sobrellevar cada mañana, o para poder sentir que merece la pena algo mas que ver la televisión.

Piense cada uno lo que piense, mi reflexión se va a convertir en muchos casos, de ahora en adelante, en opinión.

No pretendo ser más que nadie, sencillamente, aportar mi granito de arena al día a día. Estamos, como decía antes, ante un mundo en una evolución tan constante y veloz que soy incapaz de seguir cada momento. No tengo tiempo de reflexionar sobre tanta información.

Me doy cuenta de que recibimos una pequeña parte de la información de aquello que nos rodea, y con esa pequeña parte, se pretende que tengamos un criterio..

Hoy quiero iniciar un camino complementario. Entiendo, que con independencia del rol de las personas, Todos, y digo todos, tenemos una opinión. Es hora de que manifestemos la nuestra. Necesitamos hacerlo.

En ello va nuestro futuro, y sobre todo, el futuro que vamos a dejar a nuestros hijos.