Supongo que a todos nos cuesta llegar a aceptarnos como
somos, llegar a saber que da igual lo que intentemos, sencillamente el tiempo
nos hace ver que debemos asumir nuestra manera de ser.
No es fácil coincidir con una persona que sea capaz de
aceptarme como soy, que valore al hombre o al Amo como una persona, y comprenda
que la vida no es un juego sino la realidad cotidiana de levantarnos cada día.
Este es un mundo muy diferente, valores que no se suelen
entender, relaciones que no se quieren aceptar, emociones que no se saben
explicar.
De ello la grandeza de un alma que se entrega, o de esa
mujer que a sabiendas de lo que sacrifica es capaz de ser feliz con su entrega.
Esta es la dificultad de hoy en día.
Sentir en una entrega completa la felicidad, anteponiendo
todo, no es nada fácil.
Es comprensible, es lógico mirar a nosotros mismos.
Es humano.
Esta es la razón fundamental de mi dificultad en satisfacer
esos deseos que pueda tener, pero sobre todo es la incomprensión de no valorar
lo que un hombre como yo sacrifica en lo personal, en lo emocional, asumiendo
el significado de lo que para mí significa ser Amo.
Que es sencillamente, responsabilidad y cariño.
Difícil conjugación con una realidad natural de la propia
vida.
Y que hoy, y cada vez más, se confunde solo con un juego.
La vida es mucho más, y solo intento vivir.
Quien desee acompañarme tendrá que aceptarme como soy, de la
misma manera que yo me tuve que aceptar a mí mismo.
O morir de tristeza de un alma ansiosa por sentir.
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