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martes, 24 de julio de 2018

24 / 7


En los últimos años se celebra en una fecha como hoy el día internacional del Bdsm.
La gran añorada forma de vida de 24 horas, 7 días a la semana.
Y cada año que pasa, y cada día que pasa, siento que el concepto real de este significado deja de ser el motivo del Bdsm.


Debe ser que los años pasan, y no solo es mi cuerpo, es también un cansancio de vivencias que matan ese concepto de vida que desde siempre he sentido y llevado a cabo, incluso cuando no era consciente de que había palabras que definían mi forma de vida.

Observo publicaciones llenas de fantasías que no tienen nada que ver con la realidad. Una vida real dentro del concepto D/S es una vida normal. Una relación como la de cualquier persona que se relaciona, con sus momentos buenos y malos. No es tener a la sumisa atada a una cruz, no es tener a una esclava tumbada en el suelo y haciéndote el café cada mañana. No es un servilismo por una orden que se pueda indicar.

Evidentemente existen muchos modos de vida y muchas formas de entender esta vida. Pero hay algo que se nos olvida de una manera constante, usemos el sentido común, lo que es razonable y lo que no lo es.

Somos personas que tenemos una vida normal, trabajos, familia, y a su vez unos deseos de vivir de una manera diferente en los conceptos y en la realidad.

Porque tendría que definir qué es ser Amo y que es ser sumisa, o viceversa, que es ser Ama y sumiso. La realidad es que los roles y el género de la persona es completamente independiente, porque entiendo que debemos partir de las propias personas y de aquello que son.

Todos tenemos una personalidad definida, un carácter que se forma con el tiempo y que nos lleva a tener una manera de ser muy definida. La cuestión es, ¿nos aceptamos a nosotros mismos¿
Porque el verdadero problema del Bdsm es este, la aceptación de lo que llamamos rol.

Todas las personas tienen fantasías, absolutamente todas. Todas ellas positivas para poder llevar una vida íntima feliz, necesarias para provocar que la sexualidad no sea una costumbre, sino que sea algo en movimiento que evolucione y nos haga disfrutar con la persona o personas que nos acompañen.
Hace unos años muchas de esas fantasías nacían del interior de la persona, cada día se iban acentuando hasta llegar a ser una necesidad. Era necesario vivirlo, sentirlo y experimentarlo.

Desgraciadamente, desde hace un tiempo, la nueva literatura y diferentes expresiones culturales animan y expresan las fantasías que puedan tener diferentes personas. Se asumen como propias situaciones que se desean vivir y que están fuera de la auténtica realidad.

Y se considera que asumirlas es la aceptación del rol que se muestra en ellas.
Cuando una persona tiene que definirse en algo, nos hemos equivocado.
Somos lo que somos, no lo que mostramos.

Las palabras y las circunstancias se ocultan, se pierden en el tiempo o en un teclado, y nos encontramos desbordados por realidades falsas que solo pretenden fantasear a costa de los demás.
Y es en este punto donde el concepto Bdsm ha desaparecido por completo.
Esta vida no es un juego sexual, es un estilo de vivir y una manera de actuar ante los demás, no solo dentro, sino en la realidad cotidiana.



Confundir el rol que decimos tener es equivocarse de nuevo.
¿Quién es Dominante?, ¿la persona que en un trabajo debe de agachar la cabeza porque depende de un sueldo para vivir?
¿Quién es sumiso?, ¿la persona que decide tu vida cuando necesitas de tu trabajo para vivir?
Las circunstancias que vivimos, nuestra realidad cotidiana nos provocan un estilo de vida que asumimos como real para poder subsistir.
La auténtica verdad está en nuestro interior, cuando nada externo nos mediatiza en nuestra manera de ser.
Y esa verdad no puede consistir en fantasear.

Una relación D/S es una relación de convivencia.
Basada en el respeto a unas normas establecidas donde la cesión voluntaria y consciente de lo que llamamos el poder, hace feliz a las personas que así lo comparten y deciden.
Esto no es una fantasía.
Para que exista la verdadera relación, debe existir un consenso, una aceptación y una autentica verdad muy lejana a las fantasías.

Y este es el problema que nos encontramos habitualmente. Se llega a creer que ir denuda por casa es ser sumisa, que permitir que controlen un orgasmo es ser sumisa.
La sumisión es un acto sentido, íntimo de entrega personal, de forma muy meditada, asumida y deseada, donde se es valorado como persona, y donde ese estilo de vida te hace crecer en todos los sentidos.

Los límites no deben suponer soportar más o menos dolor, no pueden ser asumir actos sexuales más o menos provocadores.  Los verdaderos límites nos los provoca la propia vida y en una verdadera relación D/S, el Dominante debe generar esa superación personal para superarlos y asumirlos.
Un Dominante debe ser ante todo esa persona que se implique, que emocionalmente atienda, quiera, desee, cuide y mime a quien en un momento determinado le llamo Amo. Porque la auténtica realidad es que esta palabra tan denostada últimamente, significa entrega, confianza y vida.
Asumir estas palabras es asumir una convivencia. Una manera y un estilo de vida que puede darse de muchas maneras. Ya sean en una auténtica convivencia como es deseable, pero a veces hay que asumir la realidad de la vida cotidiana, y eso no implica que se rompan los valores del propio concepto.

Una fantasía en el momento que se realiza deja de serlo. Llega un momento en que desaparece de la mente y provoca frustración. Y, consecuencia de ello, el abandono de lo que hasta ese momento se ha creído que es el Bdsm. Y el encuentro del vacío en el corazón y el dolor del alma.
No pretendo tener la verdad absoluta, tampoco otro tipo de verdad, sencillamente expreso mi verdad y mi forma de entender una vida que siempre viví, incluso antes de saber que tenía nombres y palabras que pretendían definirla.

Será que con los años me he vuelto más intransigente.
Cada día soporto menos a los llamados Amos o Dominantes que usan a las personas para su propio provecho, anteponiendo su egoísmo personal. Y diría lo mismo de las sumisas.
Todo ello trae graves consecuencias. Las mentiras nacen del propio hecho anterior, tanto por una como por otra parte. Porque solo nos importa y llama la intención de aquello que queremos oír.
Pero es todo muy lógico cuando lo único que se pretende es cumplir una fantasía y no asumir que este estilo de vida supone implicación y riesgo. Es sano el sentir el miedo, necesario para no perder el norte de la vida.

Y quien quiera sentir y celebrar un día como hoy, como su día en un estilo de vida, debe asumir ese riesgo y ese miedo.

Porque como dije al principio, no es muy diferente a la vida tradicional.

Sencillamente hay que intentar ser feliz como cada persona crea que es lo mejor para ella.



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