Hoy, día de San Jorge, patrón de mi tierra, Aragón, se celebra el día internacional del libro.
El día 23 de abril fue elegido como «Día Internacional del
Libro», pues supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de
Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha
en el año 1616. Realmente Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23 cuando
se consignó la fecha del fallecimiento, mientras que Shakespeare murió el 23 de
abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario
gregoriano. En esta fecha también fallecieron William Wordsworth (en 1850) y
Josep Pla (en 1981).
Es costumbre en muchas de las provincias regalar una rosa.
Una de las leyendas relativas al tema afirma que un dragón
atemorizaba a la población de una de las regiones catalanas –su localización
exacta varía según las interpretaciones–.
Con el fin de saciar su voraz apetito se elegía a una
persona de manera aleatoria para ser sacrificada ante el dragón. En una
ocasión, la hija del rey fue la víctima de tan truculento azar pero, en el
momento en que iba a sucumbir ante la bestia, San Jorge se enfrentó a él y
logró vencerlo con su espada. De la sangre del animal brotó un rosal rojo, cuya
mejor flor fue entregada a la princesa por el santo.
Pero, ¿dónde están ahora los libros?.
¿Que leemos?
¿Valoramos las vivencias y experiencias que nos transmiten?
¿Asumimos que nos aportan realidades que existen y
desconocemos?
y...¿Donde los tenemos?
Que bonitos quedan en las librerías de las casas.
Disculpar, me equivoco, ya no están allí, como mucho en
estantes, muchas veces abandonados.
Lo cierto es que cada día leemos menos, la información de la
que somos capaces de disponer nos llega tan rápida como desaparece, y apenas
tenemos ese tempo que necesitamos para saborear historias o para imaginar otras
vidas.
Ayer volví a visitar la Biblioteca del Monasterio del
Escorial.
Nuestra historia, la de todos, está depositada en sus
fondos, al alcance de todos y de estudiosos.
Pero, sobre todo, debe hacernos pensar de dónde venimos y lo
que hoy somos.
Incunables, inenarrables batallas de pensamientos que se han
trasmitido a lo largo de generaciones y que no somos capaces de valorar en la
realidad.
Vida, orgullo, pensamientos, religión, historia.
Somos nosotros reflejados en pergaminos antiguos que no
valoramos, y que han constituido nuestro propio carácter, nuestro pasado,
nuestra vida.,
Vivo, y ellos son mi historia.
Cada autor nos da su propia visión de la vida en páginas que
se agrupan y forman, lo que hemos decidido se llame, un Libro.
Yo tengo mi propia historia, y soy mi propio Libro.
http://rbme.patrimonionacional.es/home/Sobre-la-Biblioteca/Historia/Fundacion.aspx
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