domingo, 23 de abril de 2017

23 de Abril

Hoy, día de San Jorge, patrón de mi tierra, Aragón,  se celebra el día internacional del libro.

El día 23 de abril fue elegido como «Día Internacional del Libro», pues supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. Realmente Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23 cuando se consignó la fecha del fallecimiento, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano. En esta fecha también fallecieron William Wordsworth (en 1850) y Josep Pla (en 1981).

Es costumbre en muchas de las provincias regalar una rosa.

Una de las leyendas relativas al tema afirma que un dragón atemorizaba a la población de una de las regiones catalanas –su localización exacta varía según las interpretaciones–.
Con el fin de saciar su voraz apetito se elegía a una persona de manera aleatoria para ser sacrificada ante el dragón. En una ocasión, la hija del rey fue la víctima de tan truculento azar pero, en el momento en que iba a sucumbir ante la bestia, San Jorge se enfrentó a él y logró vencerlo con su espada. De la sangre del animal brotó un rosal rojo, cuya mejor flor fue entregada a la princesa por el santo.


Pero, ¿dónde están ahora los libros?.
¿Que leemos?
¿Valoramos las vivencias y experiencias que nos transmiten?
¿Asumimos que nos aportan realidades que existen y desconocemos?
y...¿Donde los tenemos?

Que bonitos quedan en las librerías de las casas.
Disculpar, me equivoco, ya no están allí, como mucho en estantes, muchas veces abandonados.

Lo cierto es que cada día leemos menos, la información de la que somos capaces de disponer nos llega tan rápida como desaparece, y apenas tenemos ese tempo que necesitamos para saborear historias o para imaginar otras vidas.

Ayer volví a visitar la Biblioteca del Monasterio del Escorial.

Nuestra historia, la de todos, está depositada en sus fondos, al alcance de todos y de estudiosos.

Pero, sobre todo, debe hacernos pensar de dónde venimos y lo que hoy somos.

Incunables, inenarrables batallas de pensamientos que se han trasmitido a lo largo de generaciones y que no somos capaces de valorar en la realidad.

Vida, orgullo, pensamientos, religión, historia.

Somos nosotros reflejados en pergaminos antiguos que no valoramos, y que han constituido nuestro propio carácter, nuestro pasado, nuestra vida.,

Vivo, y ellos son mi historia.

Cada autor nos da su propia visión de la vida en páginas que se agrupan y forman, lo que hemos decidido se llame, un Libro.

Yo tengo mi propia historia, y soy mi propio Libro.


http://rbme.patrimonionacional.es/home/Sobre-la-Biblioteca/Historia/Fundacion.aspx


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