jueves, 6 de diciembre de 2018

Celebración


Te das cuenta que los años han pasado en días como hoy.

En mi caso, acababa de cumplir los 18 años hacia unos días,
Estaba ilusionado de poder votar por primera vez en mi vida.
No era consciente de lo que ello suponía, de los cambios tan positivos que surgirían gracias a ello.

Había vivido los últimos años viendo como los grises dominaban la calle. Había escuchado de mis padres y abuelos historias de enfrentamientos y envidias que no me entraban en la cabeza.
Sencillamente no lo entendía porque no lo había vivido.

Han pasado 40 años, toda una vida en mi caso.
Y curiosamente veo los mismos problemas. Personas grises que quieren dominar la calle. Enfrentamientos que siguen sin entrarme en la cabeza.

Es curiosa la vida. Solo hay una manera de poder vivir. Intentar entendernos a base de respeto y dialogo. De conocer a los demás y poner en común lo que nos pueda diferenciar.

El gran cambio es que hoy tenemos las herramientas para poder hacerlo.
Que triste no saber aprovecharlo.

Estas palabras las entiendo también en la realidad de este mundo en que muchos de nosotros vivimos.

Muchos creen que las normas no sirven para nada, que las reglas que se crearon para definir el Bdsm son temas que podemos saltarlas y olvidan lo fundamental.

Sirven para relacionarnos en el respeto.

Cada uno es responsable de su manera de actuar.
Hay que disfrutar de celebraciones en días como hoy. Hay que sentir en la intimidad, que hoy podemos relacionarnos y expresar nuestras sensaciones.

Hay que conocer el pasado y saber el porque y el como hemos llegado a este momento.

Y debemos hacer un futuro


martes, 20 de noviembre de 2018

Motivaciones


Acabo de leer una noticia que me ha provocado muchas sensaciones. La edad es lo que tiene, recuerdas emociones.
Muchos no sabrán quien es Michael Johnson.
Era un tipo alto, espigado, su manera de correr con esas piernas siempre alzadas, daban la sensación de que era imposible que fuera el hombre más veloz durante décadas. Record del mundo en 200 metros lisos hasta que Usain Bolt le quito el registro.
Una vida llena de esfuerzos, lucha y reconocimientos.
Hace unos meses, con 51 años, ha tenido un derrame cerebral y como el mismo ha dicho esta vez esos 200 metros han sido el mayor esfuerzo de su vida a pesar de tardar más de 15 minutos en recorrerlos.


Del alago a la soledad.
Del miedo al esfuerzo para vivir.
No es la única persona que con triunfos o no en la vida ha sufrido reveses en la vida.
Muchas veces intento pensar en cómo afrontamos las personas los problemas que tenemos. Yo mismo me analizo en como procuro seguir adelante con los míos
Lo que es evidente es que la empatía que podamos tener por las demás personas jamás puede hacer que estemos dentro de ellas.
Solo sentimos y sufrimos realmente por nuestros propios miedos, por nuestras propias circunstancias y por mucho que queramos explicarlo nadie puede saber la realidad intima de cada uno de nosotros.
Nos sentimos bien cuando alguien nos escucha, cuando por sus vivencias intenta poderse en nuestro lugar.
No debemos olvidar la realidad. Estamos solos, afrontamos solos la vida, vivimos la nuestra y la de nadie más.
En este camino que hacemos necesitamos relacionarnos y sentir que a nuestro alrededor hay personas que se preocupan y les importamos. Lo contrario genera un vacío en el alma.
Repito una y otra vez que los roles son algo propio de nuestro carácter, forjado en experiencias personales y cuya evolución viene dada por la forma de asumir la realidad que a cada uno nos rodea. Una realidad muy diferente a cada persona. Dependerá  de cómo asumamos nuestros problemas el ser capaces de abordar nuestro estado de ánimo.
Lo curioso es que gestionar la felicidad muchas veces es más dificultoso que el fracaso.
Me gusta conocer situaciones personales, tanto de hombres como de mujeres. Poder hablar de cualquier tema y sobre todo de cómo ven sus planteamientos de vida dentro de un mundo tan diferente como es el Bdsm,.
Al final suelo llegar a la conclusión de sentir impotencia.
Confundimos términos, pensamos en fantasías y en muy poca realidad.
Parece que la vida siempre debe ser perfecta, estar siempre dispuestos a mantener una intimidad y un deseo personal sin tener en cuenta las circunstancias de cada momento.
Y me pregunto, ¿tan difícil es ver que este mundo es la consecuencia de nuestras relaciones?.
Tal difícil es valorar que la sexualidad no es la fantasía de una frase o un post.
Tan complejo es darse cuenta que las personas sufren y luchan para superar sus dificultades y sus miedos.
Que la mentira nos abruma y causa un efecto devastador.
Al final, todo es sencillo.
Hemos sacado nuestras propias conclusiones.
Seguimos solos.
Pero esta vez es peor. Nos sentimos solos, que es muy diferente.
¿Para que esforzarnos en superarnos a nosotros mismos?
¿Para qué intentar vivir aquello que necesitamos?
¿Por qué debemos confiar?
Que cada cual saque sus consecuencias.
En mi caso, me importo lo suficiente como para intentar seguir viviendo con mi manera de ser. A pesar de las dificultades de la coherencia, a pesar de ser criticado sin que se me conozca, sin tener en cuenta que estoy metido en el mismo saco sin que ni siquiera se me conozca.
Lo que cada persona decida con su vida es su propia responsabilidad y solo su corazón sabrá lo que llega a sentir.
Y siendo consciente de que nuestra vida es única, es maravilloso poder tener compañía y no sentirte solo.
No necesito ni ser el mejor en nada, ni tener que tener el record de nada.
Pero sí que espero ser capaz de conseguir a base de esfuerzo seguir andando por la vida, aunque eso suponga caer y tener que levantarme.
Me da igual el tiempo que tarde en conseguirlo.
Sencillamente quiero conseguirlo.



sábado, 10 de noviembre de 2018

¿Qué es la pobreza?


¿Qué es la pobreza?

Es un estado, una condición o un sentir.

En muchos aspectos es conformismo, ya que es una justificación para no aspirar a más y decirse uno mismo, no puedo. (hay voluntades de por medio)

En otros aspectos es una condición, ya que unos hacen notar tu pobreza (material) para justificar que tienen todo y a la vez nada. (hay decisiones de por medio)

En mi opinión la pobreza espiritual es la que más daña o condiciona a las personas. ¿Porqué? 

Lamentablemente el ser humano no aprende de sus errores y tiende a cometer los mismos en el tiempo, en general busca el revanchismo en su actuar y no aprender de su actuar.

Llevémoslo al mundo BDSM.

Las personas que entran a este mundo (por un acto de curiosidad, generalmente) carecen de pobreza espiritual (pero tienen muy pocas armas para poder sobrevivir en este mundo). Es como entrar a una habitación llena de perros y que se te lancen a devorarte sin contemplación (y usualmente muchos de ellos tienen una infinita pobreza espiritual).

Pero el daño queda hecho y la persona, a la que difícilmente se le puede llamar sumisa (porque no tuvo tiempo de aprender nada), queda destruida y perdida, con un concepto pobre y desvirtuado de una D/s.

¿No es eso devolver el daño recibido? ¿No te hace eso ser simplemente un enfermo que goza con destruir? ¿No te convierte en un depredador? ¿Es eso lo que espera la sumisa de su Dominante?

La pobreza espiritual abunda en este mundo, ya que pocos están dispuestos a sembrar conocimientos y esperanza (en espíritus jóvenes) para hacerlos fuertes y con voluntad de hierro. ¿Porqué?

Porque tarde aprende la sumisa que un pobre de espíritu no puede inspirar eso sin recurrir al miedo, manipulación o engaños para simplemente obtener violencia física y mental, resultando en un maltrato (disfrazado) que ella interpreta como lo correcto (por el mero hecho de complacer) y que no hacen más que enlodar todo lo que hay detrás de este mundo.

Para eso está la Doma, para moldear y templar un sentir (para que la sumisa vaya conociendo y cediendo a su Dominante) para sentirse fuerte y orgullosa de pertenecer y ceder su dominio, coronándolo con su entrega (eso es riqueza espiritual)
.
BDSM es mucho más que solo golpes y sexo, hay un gran crecimiento espiritual y eso trae consigo una gran riqueza interna (que no tiene nada que ver con los otros casos)… es una riqueza que solo es tangible para quien la inspira y tiene poder sobre ella.

Por eso antes de correr (a unos brazos), debes caminar entre libros (al lado de ellos)… siempre aprendiendo, a quedarte con lo bueno y a desechar aquello que no va con tu sentir. 
Recuerda:
“Es pobreza de espíritu obstinarse en devolver el daño que se ha recibido - Friedrich Nietzsche”

Fauno
fauno44.tumblr



lunes, 15 de octubre de 2018

Paz

El día ha salido frío después de una lluvia que nos ha acompañado últimamente.
Cuanto nos cambia el estado de ánimo el tiempo. Paree que el corazón este más tranquilo, quizás más frió, incluso que vaya más lento.
Dentro de nosotros vivimos ese estado natural cuando la paz nos inunda y sabemos que a nuestro lado tenemos a una persona que cree, confía y se entrega.
Ha sido un camino muy fácil teniéndola a mi lado. Ha generado una paz interior en mí que hace que dé igual que haga frio o calor, mis pulsaciones solo se ven alteradas cuando  veo en sus ojos esa felicidad que tiene en su interior y que todo el mundo que la conoce asume como algo maravillosos en una entrega perfecta.
No podía imaginar cuando la conocí hace dos años que hubiera una mujer que supiera llegar a entenderme como ella.
No sé qué vio ella en mí desde el principio. Su insistencia puede ser que se diera por aquellas personas que le hicieron sentir que este mundo no era lo que ella esperaba. Sin embargo sabía lo que deseaba sentir y vivir. Quería verdad, comprensión, cariño y que alguien entendiera que su alma era la de una mujer que es feliz cuando otra persona la cuida y protege.
A pesar de las dificultades lucho por un deseo y una ilusión.
Y consiguió que me ilusionara y le amara.
Consiguió que de nuevo un corazón perdido tomara el pulso de una vida que no necesita de que amanezca con frio o calor, sencillamente, existe en paz.
A lo largo de estos dos años hemos compartido con algunas personas muchos momentos de felicidad, otros también que nos llenaron de decepciones. Pero siempre en esa comunión que solo esta vida puede provocar.
Hay una sola realidad, quien la conoce sabe que la paz que tiene le lleva a una seguridad que perdió a lo largo de su vida y que ahora le hace crecer constantemente sin límites, sin miedos, sabiendo que el futuro es solamente suyo y que jamás va a dudar de sí misma, de lo que quiere y de lo que es.
Una flor que se abre al mundo, una primavera que surgió en otra fecha del calendario.
Harumi es esa hada de fuego que desprende ese calor que hace sentir pasión estando a su lado.
Hoy hace dos años que la vida nos cambió en un segundo.
Hoy hace dos años que  cambias la vida a quien te conoce.



domingo, 30 de septiembre de 2018

Reglas, rituales y protocolo: Agregar reglas en una relación D / s


Descargar responsabilidades
Soy muy consciente de que algunas relaciones no tienen reglas para el sumiso / esclavo.
Este post versará sobre las relaciones que usan las reglas y las listas de tareas para el comportamiento sumiso y las expectativas.

Muchas relaciones D / s comienzan estableciendo unas pocas reglas básicas para que la sumisa las siga. Es una de las formas más simples de establecer autoridad y control sobre un sumiso en una relación. Para la mayoría de las relaciones que usan reglas, también ayudan a dirigir la dinámica en la dirección en que la pareja desea ir.
Nada está bien o mal cuando se trata de adaptar su propia relación para obtener lo que quiere y necesita el uno del otro dentro de ella. Cuando KnyghtMare y yo comenzamos como una relación de larga distancia en línea, las reglas eran una forma de sentirse conectado con él y de que él ejerciera cierto control sobre mí.
Por supuesto que ha evolucionado mucho con el tiempo y ahora que hemos vivido juntos durante más de 10 años, las reglas que una vez tuve han evolucionado con nosotros. Las reglas son parte de mi sumisión a él y de cómo puedo adaptar mi comportamiento a lo que él quisiera que yo sea. Las reglas y listas de reglas no funcionan para todos, pero cuando lo hacen, pueden permitir que una pareja ajuste su relación de muchas maneras.
A menudo, una de las primeras reglas tiene que ver con los orgasmos y no es raro tener una regla sobre cómo dirigirse al Dominante. También tenía reglas para el cuidado del cabello, la presentación (cómo me vestía) y el diario para él. Muchas de estas mismas reglas están vigentes ahora, pero se han convertido en hábitos que se formaron a partir de la obediencia y la repetición regular. Soy una esclava que siempre tendrá más reglas que, "obedecer", pero en verdad, esa es la premisa de todas las reglas, ¿no es así?



Dinámica estructurada y relajada

Hay dos tipos de estructuras de relación de las que hablaré hoy. Uno es la dinámica estructurada y el otro está relajado.

Una dinámica estructurada es el tipo que querrá aplicar la mayoría de las reglas y los ajustes de comportamiento. A menudo vienen con una directiva permanente, una lista de reglas que debes memorizar y obedecer. La dinámica estructurada funciona bien para los sumisos que necesitan saber lo que están haciendo a cada momento del día o prefieren una vida de microgestión. La dinámica estructurada también puede disfrutar el uso del protocolo y el ritual para mejorar aún más la estructura de su dinámica diaria.

La dinámica relajada no es menos válida, pero a menudo tendrá una regla general de "obedecer" y esa dirección adicional se brinda de manera regular o continua. Estas sumisas se adaptan bien a las indicaciones sobre la marcha, cambian espontáneamente su orden y prefieren que se les den instrucciones simples para que puedan encontrar el método que les conviene para lograrlo. Ninguno de los dos es mejor que el otro, son simplemente dos estilos de D / s .

La selección de reglas

Cuando decides que a tu relación le gustaría tener reglas, a menudo es el Dominante quien hace la selección, después de todo, están a cargo. Por lo tanto, querrán moldearlo de una manera que le agrade y, con suerte, lo beneficie de alguna manera.
Tómese un momento y piense en su relación perfecta. Recuerde mantener la fantasía y la realidad bajo control. Cierra los ojos e imagina cómo se vería, desde el momento en que te levantas hasta el momento en que duermes.
¿Qué detalles acerca de eso, por favor? ¿Tienes tu desayuno listo para cuando te levantes o te despiertas cuando tu pareja te da placer? ¿Quién hace la limpieza y las tareas domésticas? ¿Cómo te diriges? ¿Qué llevas puesto? Las preguntas pueden seguir y seguir, pero la clave aquí es prestar atención y tomar nota de todo; porque comenzarás a hacer reglas que pueden funcionar hacia tu dinámica perfecta.
Una vez que tenga algunas ideas, es hora de hablar con su compañero. Los sumisos y los esclavos tienen ideas sobre en qué les gustaría trabajar para mejorarse a sí mismos y probablemente también hayan soñado con su relación perfecta. Así que escucha las sugerencias que tienen antes de consolidar esas primeras reglas. Sé que he llegado a algunas de mis propias reglas que han mejorado tremendamente la estructura de mi relación con KnyghtMare.
Otra forma de generar ideas, si se siente perplejo y solo debe tener una lista de reglas, intente buscar en Internet listas de reglas sumisas y esclavas. Al igual que yo, muchos publican su lista actual en línea. No recomiendo copiar la lista de otra persona, a menos que realmente piense que todas las cosas en ella lo beneficiarán personalmente, pero es un buen punto de partida para despertar algunas ideas.

Incorporar nuevas reglas
Agregar reglas a una dinámica, ya sea por primera vez o continuar una lista, no es fácil. Cada vez que KnyghtMare agrega una nueva regla, que suele ser cuando descarta una antigua, aparece un período de adaptación en el que ambos nos ajustamos. Él tiene que aprenderlos tan bien como yo para que sepa si y cuando estoy realizando mis deberes según lo solicitado. Es un requisito a menudo olvidado en las relaciones estructuradas. El Dominante tiene mucho más trabajo del que uno se da cuenta.

lunaKM



jueves, 23 de agosto de 2018

Greys y Greysas


Lo que realmente define la sumisión y lo que primero debes preguntarte si tienes, es lo que ha venido en llamarse la “esencia sumisa“, que en resumen es el deseo profundo de conseguir la propia felicidad a través de la felicidad del Amo.
Es decir, cuando se da el hecho paradójico de que cuanto más te despegues de tu propia satisfacción para entregarte a conseguir la de tu Amo, más feliz serás en tu entrega. Ésta es la gran PARADOJA de la sumisión. La otra gran paradoja la constituye el hecho de que, la mayoría de las sumisas, experimentan una sensación de mayor libertad cuanto más sumisas, sujetas y entregadas se sienten.

http://elfarosm.blogspot.com/2009/05/como-llega-una-sumisa-ser-sumisa



El término BDSM apareció por primera vez en abril de 1991, venía a aglutinar una serie de prácticas y a definir una serie de conceptos que nos iban a permitir relacionarnos de una manera segura.

Una manera de sentirnos seguros tanto en la seguridad personal como en la emocional.
Definió una serie de prácticas, estableció una serie de roles que sus practicantes asumían de forma natural y personal de acuerdo a su propia personalidad.

Siempre es complicado generalizar las relaciones y mucho más imponer una manera de hacerlo, cuando lo importante es el consenso que las debe regular. Por esto mismo siempre se ha dicho que cada uno vive el Bdsm a su manera.
Hay una gran diversidad de pensamientos culturales y una variedad inmensa de planteamientos, siempre muy respetables, para cada vivencia personal.
En nuestro país la  posibilidad de acceder a la información a través de internet provoco la maravillosa opción de poder comunicarse entre las diversas personas que vivían este mundo. Con o sin información, tenían una misma manera de sentir dentro de la gran diversidad de las prácticas.
 
Todos buscábamos una manera de asumir las sensaciones, de reafirmar que éramos personas normales ante un mundo que sigue criticando una forma de sexualidad que se lleva más allá de la propia práctica y que consiste en un estilo de vida confundido erróneamente con un machismo en el caso de los hombres.
Las reglas básicas siempre han sido y serán sano, seguro y consensuado
Todo lo que se salga de estas palabras esta fuera del Bdsm y podremos considerarlas como abusos u otras maneras de relacionarnos.

Pero al igual que asumimos estas palabras, debemos de asumir el resto de las definiciones que asentaron los conceptos de este mundo.

A lo largo de estos años la vida, la sociedad ha evolucionado, la educación, los conceptos, las opciones de relacionarnos son hoy muy diferentes a las de hace 30 años.

Pero nos olvidamos de lo básico, las personas seguimos siendo personas y sus sentimientos siguen siendo propios. Nadie nos enseña las experiencias personales que podemos tener. Sencillamente debemos de ser capaces de informarnos de lo que les ha podido ocurrir a otras personas para intentar darnos cuenta de lo que nos puede suceder a nosotros.

El cambio del ritmo de vida, la facilidad de la información, la llegada de literatura y películas relacionadas de este mundo, nos hacen ver las cosas de una manera más cómoda,  sencilla, y quizás más errónea.

Los conceptos y las definiciones siguen estando y siguen siendo la base del Bdsm.

Definir este mundo como solo unos juegos sexuales, para mí, es un error de concepto. Sin una relación personal adecuada, intensa, sincera, es imposible una relación de este tipo.

Claro que podemos tener juegos sexuales menos tradicionales, pero no debemos llamarles Bdsm.
A la inmensa mayoría de las personas, experimentar con su propio cuerpo les provoca sensaciones  placenteras, pero vacías si no viene acompañada de un compromiso y unos sentimientos.
Hoy leo infinidad de conceptos que desconozco y que quieren definir maneras diferentes de sentir diversas cuando en el fondo son la respuesta de evoluciones personales. Palabras de querer experimentar, conocerse y que son parte de una sexualidad diversa y positiva, pero que se quedan en las puertas de las relaciones Bdsm.
Siempre se ha dicho que nuestras fantasías son la puerta a nuestra propia libertad, y la capacidad de cumplirlas, la llegada a nuestra felicidad.

Un camino largo, duro, difícil.
Un proceso real de asumir el rol personal.
Unos roles que vienen definidos y marcados por unas normas que se definieron de una manera determinada para poder relacionarnos.

Me ha llamado la atención una descripción que Wikipedia define como “el BDSM romántico”
Una matización de una realidad cada día más frecuente. La llegada de literatura y películas que están confundiendo algunos conceptos.
Quiero dejar claro mi posicionamiento.
Respeto cualquier tipo de opción en las relaciones personales, cualquier tipo de práctica que una o varias personas puedan realizar, siempre y cuando sea algo consensuado entre adultos.
Dicho esto, no me gusta que se tergiversen las palabras. Cada palabra tiene un significado, una definición marcada por unas reglas comunes que sirven para comunicarnos.
Y al igual que al Pan, hay que llamarle Pan. Al Bdsm se le debe llamar Bdsm,.
Equivocarse en los conceptos supone equivocarse en la forma de relacionarse.

Un Dominante, debe ser una persona coherente, no alguien que esconda sus miserias y frustraciones detrás de una personalidad en la búsqueda de una satisfacción únicamente personal.
Una sumisa, debe ser una persona coherente, no alguien que esconda sus frustraciones en una satisfacción únicamente personal.
Desgraciadamente nos hemos acostumbrado a relacionarnos a través de asumir que la mentira es la forma adecuada para conocer a las personas, una manera egoísta de querer llevar a nuestro terreno aquello que se desea, a costa de los demás.
Eso no es Bdsm.
Es la vida real de la sociedad actual, y una manera errónea de relacionarnos en cualquier ámbito de la vida.
La búsqueda de la felicidad no puede nacer de la mentira y la ocultación. Evidentemente debe haber una confianza para poder conocerse. Y hay muchas maneras de comunicarse para llegar a ese punto.
La asunción del rol significa conocerse a sí mismo, y llegar a saber que realidades somos capaces de vivir en el respeto y la verdad.
Sé que mis palabras se quedan en el vacío, pero me sirven para mostrar la impotencia de lo  que día a día voy viviendo en las diversas redes sociales.
El problema fundamental es la falta de sinceridad con nosotros mismos.
Hasta que la personas no asuman quien son, que rol tienen nos seguiremos encontrando con Greysas, mujeres que buscan un hombre que les cuide imponiendo sus normas.
Y encontraremos a los Greys, hombres que asumen las normas de las Greysas para satisfacer una necesidad.
Un mundo al revés, basado en un desconocimiento de sí mismo, o quizás en el desconocimiento de las palabras que definen los comportamientos que deseamos tener.
Porque como dije antes, cada persona es muy libre de buscar la relación que desee.
Pero cuando uno se expresa debe saber en qué idioma lo hace y que significan los conceptos.
De esta manera nadie se confundirá.



domingo, 5 de agosto de 2018

Coherencia


Cada día me doy más cuenta que me hago muy viejo, no por la edad, sino porque no entiendo absolutamente nada de como evoluciona  la forma de relacionarse de las personas.
Cuando era pequeño con tus compañeros de clase te podías llevar bien o mal. Muchas veces las forma de hacerte amigo era tener riñas de patio de colegio. Podías salir con un moratón, pero habías hecho un amigo para el resto de tu vida. Se resolvían los problemas cara a cara, no había mentiras que ocultar.
Fueron pasando los años y te ibas dando cuenta del egoísmo que cada uno de nosotros podíamos transmitir a los demás. Tienes que estar mejor preparado, ser mejor en tu trabajo, ser más valorado en la vida.
Conceptos que en la sociedad cada vez se dan con mayor intensidad, debemos de ser mejores que los demás a toda costa. Tenemos que conseguir más cosas que nadie para encontrar la felicidad.
Y nos olvidamos de lo más importante.
De nosotros mismos.
No sirve de nada querer ser más que nadie si es a costa de la integridad personal, si es a costa de  la falta de coherencia con la propia vida en la toma de decisiones y en la forma de relacionarte con el mundo y sus personas.
Hoy es muy fácil relacionarse a través de las redes sociales, decir verdades a medias, ocultar verdades incomodas.
Queremos unas cosas, y para conseguirlo hacemos todo lo posible a costa de lo que sea.
Incluso de nosotros mismos.
Miedos, fantasías, falsedad.
Todo con tal de vivir cosas sin que supongan ningún compromiso, sabiendo que es problema de la otra persona como se puede llegar a sentir, porque nosotros solo deseamos sentirnos satisfechos sin pensar en la persona que tenemos al lado.
Esta es la sociedad en la que vivimos, estos son los valores que se estan entregando a nuestros hijos. Esto es lo que queremos, vivir sin compromiso, disfrutar sin esfuerzo.
Que podemos encontrar en una parte de este mundo que está dentro de la propia realidad del comportamiento humano y al que denominamos Bdsm ‘para saber que hay cosas comunes que deseamos vivir.
Es sencillo, encontramos lo que somos, falsedad y falta de compromiso-
La excepción es la búsqueda de una aguja en un pajar
Que tristeza.
Pero hay una cosa que es maravillosa, ser coherente te deja dormir con una paz que hace que cada día cuando te despiertas te sientas ilusionado de nuevo.
Sabes que en algún sitio, habrá alguien que piense como tú.



martes, 24 de julio de 2018

24 / 7


En los últimos años se celebra en una fecha como hoy el día internacional del Bdsm.
La gran añorada forma de vida de 24 horas, 7 días a la semana.
Y cada año que pasa, y cada día que pasa, siento que el concepto real de este significado deja de ser el motivo del Bdsm.


Debe ser que los años pasan, y no solo es mi cuerpo, es también un cansancio de vivencias que matan ese concepto de vida que desde siempre he sentido y llevado a cabo, incluso cuando no era consciente de que había palabras que definían mi forma de vida.

Observo publicaciones llenas de fantasías que no tienen nada que ver con la realidad. Una vida real dentro del concepto D/S es una vida normal. Una relación como la de cualquier persona que se relaciona, con sus momentos buenos y malos. No es tener a la sumisa atada a una cruz, no es tener a una esclava tumbada en el suelo y haciéndote el café cada mañana. No es un servilismo por una orden que se pueda indicar.

Evidentemente existen muchos modos de vida y muchas formas de entender esta vida. Pero hay algo que se nos olvida de una manera constante, usemos el sentido común, lo que es razonable y lo que no lo es.

Somos personas que tenemos una vida normal, trabajos, familia, y a su vez unos deseos de vivir de una manera diferente en los conceptos y en la realidad.

Porque tendría que definir qué es ser Amo y que es ser sumisa, o viceversa, que es ser Ama y sumiso. La realidad es que los roles y el género de la persona es completamente independiente, porque entiendo que debemos partir de las propias personas y de aquello que son.

Todos tenemos una personalidad definida, un carácter que se forma con el tiempo y que nos lleva a tener una manera de ser muy definida. La cuestión es, ¿nos aceptamos a nosotros mismos¿
Porque el verdadero problema del Bdsm es este, la aceptación de lo que llamamos rol.

Todas las personas tienen fantasías, absolutamente todas. Todas ellas positivas para poder llevar una vida íntima feliz, necesarias para provocar que la sexualidad no sea una costumbre, sino que sea algo en movimiento que evolucione y nos haga disfrutar con la persona o personas que nos acompañen.
Hace unos años muchas de esas fantasías nacían del interior de la persona, cada día se iban acentuando hasta llegar a ser una necesidad. Era necesario vivirlo, sentirlo y experimentarlo.

Desgraciadamente, desde hace un tiempo, la nueva literatura y diferentes expresiones culturales animan y expresan las fantasías que puedan tener diferentes personas. Se asumen como propias situaciones que se desean vivir y que están fuera de la auténtica realidad.

Y se considera que asumirlas es la aceptación del rol que se muestra en ellas.
Cuando una persona tiene que definirse en algo, nos hemos equivocado.
Somos lo que somos, no lo que mostramos.

Las palabras y las circunstancias se ocultan, se pierden en el tiempo o en un teclado, y nos encontramos desbordados por realidades falsas que solo pretenden fantasear a costa de los demás.
Y es en este punto donde el concepto Bdsm ha desaparecido por completo.
Esta vida no es un juego sexual, es un estilo de vivir y una manera de actuar ante los demás, no solo dentro, sino en la realidad cotidiana.



Confundir el rol que decimos tener es equivocarse de nuevo.
¿Quién es Dominante?, ¿la persona que en un trabajo debe de agachar la cabeza porque depende de un sueldo para vivir?
¿Quién es sumiso?, ¿la persona que decide tu vida cuando necesitas de tu trabajo para vivir?
Las circunstancias que vivimos, nuestra realidad cotidiana nos provocan un estilo de vida que asumimos como real para poder subsistir.
La auténtica verdad está en nuestro interior, cuando nada externo nos mediatiza en nuestra manera de ser.
Y esa verdad no puede consistir en fantasear.

Una relación D/S es una relación de convivencia.
Basada en el respeto a unas normas establecidas donde la cesión voluntaria y consciente de lo que llamamos el poder, hace feliz a las personas que así lo comparten y deciden.
Esto no es una fantasía.
Para que exista la verdadera relación, debe existir un consenso, una aceptación y una autentica verdad muy lejana a las fantasías.

Y este es el problema que nos encontramos habitualmente. Se llega a creer que ir denuda por casa es ser sumisa, que permitir que controlen un orgasmo es ser sumisa.
La sumisión es un acto sentido, íntimo de entrega personal, de forma muy meditada, asumida y deseada, donde se es valorado como persona, y donde ese estilo de vida te hace crecer en todos los sentidos.

Los límites no deben suponer soportar más o menos dolor, no pueden ser asumir actos sexuales más o menos provocadores.  Los verdaderos límites nos los provoca la propia vida y en una verdadera relación D/S, el Dominante debe generar esa superación personal para superarlos y asumirlos.
Un Dominante debe ser ante todo esa persona que se implique, que emocionalmente atienda, quiera, desee, cuide y mime a quien en un momento determinado le llamo Amo. Porque la auténtica realidad es que esta palabra tan denostada últimamente, significa entrega, confianza y vida.
Asumir estas palabras es asumir una convivencia. Una manera y un estilo de vida que puede darse de muchas maneras. Ya sean en una auténtica convivencia como es deseable, pero a veces hay que asumir la realidad de la vida cotidiana, y eso no implica que se rompan los valores del propio concepto.

Una fantasía en el momento que se realiza deja de serlo. Llega un momento en que desaparece de la mente y provoca frustración. Y, consecuencia de ello, el abandono de lo que hasta ese momento se ha creído que es el Bdsm. Y el encuentro del vacío en el corazón y el dolor del alma.
No pretendo tener la verdad absoluta, tampoco otro tipo de verdad, sencillamente expreso mi verdad y mi forma de entender una vida que siempre viví, incluso antes de saber que tenía nombres y palabras que pretendían definirla.

Será que con los años me he vuelto más intransigente.
Cada día soporto menos a los llamados Amos o Dominantes que usan a las personas para su propio provecho, anteponiendo su egoísmo personal. Y diría lo mismo de las sumisas.
Todo ello trae graves consecuencias. Las mentiras nacen del propio hecho anterior, tanto por una como por otra parte. Porque solo nos importa y llama la intención de aquello que queremos oír.
Pero es todo muy lógico cuando lo único que se pretende es cumplir una fantasía y no asumir que este estilo de vida supone implicación y riesgo. Es sano el sentir el miedo, necesario para no perder el norte de la vida.

Y quien quiera sentir y celebrar un día como hoy, como su día en un estilo de vida, debe asumir ese riesgo y ese miedo.

Porque como dije al principio, no es muy diferente a la vida tradicional.

Sencillamente hay que intentar ser feliz como cada persona crea que es lo mejor para ella.



jueves, 28 de junio de 2018

Marqués de Sade


Esta entrada solo pretende divulgar una figura muy  mencionada y posiblemente poco leída. Esta recopilación, mezcla de información en diferentes páginas de Internet, y un extracto de uno de sus libros más reconocidos, puede que nos ayude a entender a una figura que después de los siglos sigue vigente y creando polémica.


Juliette/PRIMERA PARTE

Justine y yo fuimos educadas en el convento de Panthemont. Ustedes ya conocen la celebridad de esta abadía, y saben que, desde hace muchos años, salen de ella las mujeres más bonitas y más libertinas de París. Es este convento tuve como compañera a Euphrosine, esa joven cuyas huellas quiero seguir y quien, viviendo cerca de la casa de mis padres, había abandonado la suya para arrojarse en brazos del libertinaje; y como de ella y de una religiosa amiga suya fue de quienes recibí los primeros principios de esta moral que han visto con asombro en mí, siendo tan joven, por los relatos de mi hermana, me parece que, antes de nada, debo hablaros de la una y de la otra... contaros exactamente estos primeros momentos de mi vida en los que, seducida, corrompida por estas dos sirenas, nació en el fondo de mi corazón el germen de todos los vicios.
La religiosa en cuestión se llamaba Mme. Delbène; era abadesa de la casa desde hacía cinco años, y frisaba los treinta cuando la conocí. No podía ser más bella: digna de un retrato, una fisonomía dulce y celeste, rubia, con unos grandes ojos azules llenos del más tierno interés, y el porte de las Gracias. Víctima de la ambición, la joven Delbène fue encerrada en un convento a los doce años, con el fin de hacer más rico a un hermano mayor al que ella detestaba. Encerrada a la edad en que comienzan a desarrollarse las pasiones, aunque Delbène no hubiese elegido todavía, amando el mundo y los hombres en general, sólo después de inmolarse a sí misma, después de triunfar en los más rudos combates, había conseguido que naciese en ella la obediencia. Muy avanzada para su edad, habiendo leído a todos los filósofos, habiendo reflexionado prodigiosamente, Delbène, al tiempo que se condenaba al retiro, había conservado dos o tres amigas. Venían a verla, la consolaban; y como era muy rica, seguían proporcionándole todos los libros y caprichos que pudiese desear, incluso aquéllos que debían excitar más una imaginación... ya muy exaltada, y que no enfriaba el retiro.
En cuanto a Euphrosine, tenía quince años cuando me uní a ella.; llevaba ya dieciocho meses como alumna de Mme. Delbène cuando me propusieron ambas que entrase en su sociedad, el día en que yo acababa de cumplir mis trece años. Euphrosine era morena, alta para su edad, muy delgada, con unos ojos muy bonitos, mucha gracia y vivacidad, pero menos bonita, mucho menos interesante que nuestra superiora.


No necesito deciros que la inclinación a la voluptuosidad es, en las mujeres recluidas, el único móvil de su intimidad; no es la virtud lo que las une; es el vicio; gustas a la que se inclina hacia ti, te conviertes en la amiga de la que te excita. Dotada del temperamento más vivo, desde la edad de nueve años había acostumbrado a mis dedos a que respondiesen a los deseos de mi cabeza, y, desde esta edad, no aspiraba más que a la felicidad de encontrar la oportunidad de instruirme y lanzarme a una carrera cuyas puertas me habría ya con tanta complacencia la naturaleza precoz. Euphrosine y Delbène me ofrecieron pronto lo que yo buscaba. La superiora, que quería hacerse cargo de mi educación, me invitó un día a comer... Euphrosine se hallaba allí, hacía un calor insoportable, y este ardor excesivo del sol les sirvió de excusa a ambas para el desorden en que las encontré: hasta tal punto era así que, excepto una blusa de gasa, sujeta simplemente con un gran lazo rosa, estaban prácticamente desnudas.
………………….

Los dedos de nuestra encantadora superiora acariciaban los pezones de mi seno, y su lengua se agitaba en mi boca. En seguida se dio cuenta de que sus caricias actuaban sobre mis sentidos con tal ímpetu que casi me sentía mal.
………………….
Tras estas palabras, me estira las piernas separándolas, y, acostándose en la cama boca abajo, con su cabeza entre mis muslos, me besa el sexo mientras que, ofreciendo a mi compañera las nalgas más hermosas que puedan contemplarse, recibe de los dedos de esta bonita muchacha los mismos servicios que me presta su lengua. Euphrosine, conocedora de los gustos de la Delbène, alternaba sus escarceos con vigorosos golpes sobre el trasero, cuyo efecto me pareció seguro sobre el físico de nuestra amable institutriz. Vivamente electrizada por el libertinaje, la puta devoraba el caudal que hacía brotar constantemente de mi pequeño coño. Algunas veces se paraba para mirarme... para observarme en el placer.
…………………
La verdadera sabiduría, mi querida Juliette, no consiste en reprimir los vicios, porque, siendo los vicios casi la única felicidad de nuestra vida, sería un verdugo de sí mismo el que quisiera reprimirlos; la sabiduría consiste en entregarse a ellos con tal misterio, con tan grandes precauciones, que nunca *nos puedan sorprender. Y que nadie tema que esto disminuirá sus delicias: el misterio aumenta el placer. Por otra parte, una conducta semejante asegura la impunidad, ¿y no es la impunidad el alimento más delicioso de los libertinajes?
……
Todas las escenas de fornicación comienzan con un momento de calma: parece que se quiera saborear la voluptuosidad por entero y que se tema dejarla escapar al hablar. Me habían aconsejado que gozase con atención, con el fin de comparar; yo estaba en un éxtasis delicioso; y tengo que confesar que los increíbles placeres que recibía de las vivas y reiteradas sacudidas del pene de Télème en el agujero de mi culo, las angustias lúbricas en que me sumergían los lengüetazos de la abadesa sobre mi clítoris, las escenas lujuriosas por las que estaba rodeada, por último, tantos episodios lascivos juntos, tenían a mis sentidos en un delirio en el que habría querido vivir eternamente.…




Introducción

Los personajes extraordinarios, al adelantarse o simplemente separarse de su época, suelen ser objeto del odio, producto del temor, de sus conciudadanos. Ocurre esto porque el pueblo, que ha sido educado en unas costumbres concretas y es demasiado simple como para concebir otras, observa con miedo cualquier actitud que se aparta de ellas; las personas importantes, en cambio, las conciben, pero las envidian y las temen, no vaya a ser que su influencia se vea afectada por la pujanza de estos nuevos protagonistas. Sin embargo, una vez han muerto, no se les ve ya como a seres peligrosos, sino como a rarezas que resultan interesantes e incluso atractivas. Entonces, las leyendas que se forjaron a su alrededor para calumniarlos, no hacen más que aumentar su aureola y volverlos más interesantes, y la sociedad acaba admirando al personaje muerto tanto como odió a la persona viva. A lo que antes se le llamó extraña manera de comportarse y actitud desafiante, ahora se le llama grandeza y fuerza de carácter; y lo que antaño fue considerado justo castigo por sus actos, palabras o pensamientos, ahora es heroico sufrimiento ante la incomprensión y la bajeza de sus contemporáneos.

La leyenda que se ha forjado alrededor de su persona resulta tan odiosa para las sociedades de casi cualquier época y lugar, que incluso después de muerto es difícil obtener para él el reconocimiento que merece. No creo que haya existido otro personaje capaz de llegar más lejos, aunque sea con la imaginación, dentro del terreno de la moral y la valoración de la libertad del ser humano.
Sobre su aspecto físico se cuenta que era de mediana estatura, y bien proporcionado, pero su larga estancia en prisión le hizo engordar y acabó siendo un tanto obeso. Tenía una imagen agradable, los ojos azules y el pelo rubio. La dulzura de su carácter, que muchos alababan en su juventud, se vio siempre perjudicada por su prepotencia y sus aires de superioridad. Él mismo criticaba, siendo ya mayor, los mimos y los favores de que fue objeto siendo niño. Creía que todos los demás debían plegarse a sus caprichos y esto, unido, a su carácter impulsivo y romántico, le perjudicó enormemente durante toda su vida.

Sade fue, sin duda, un personaje singular. Él mismo lo expresa así: Perdonad mis defectos, es el espíritu de la familia que me domina, y si debo hacerme un reproche, es de haber tenido la desgracia de nacer en ella. Dios me guarde de todas las ridiculeces y los vicios de que está infestada. Me creería casi virtuoso si Dios me concediera la gracia de no adoptar más que una parte.
Su padre, el conde de Sade, ofreció un buen ejemplo de libertinaje a su hijo. Tras algunos años junto a su familia, en Provenza,  se marchó a París. No se abstuvo de intrigas en la corte y aspiró siempre a lo más alto, dilapidando una buena parte de su fortuna en bailes y fiestas de la más alta sociedad y llegando a pretender a algunas de las mujeres más famosas de su tiempo, como madame de Pompadur o madmoiselle de Charolais. Tampoco se abstuvo del vicio con los jóvenes de su mismo sexo que se prostituían por las calles de París. Sin embargo, no fue una persona ciertamente vulgar, sino un hombre ingenioso y culto que se dedicó también la literatura, aunque fuese a título privado y sin intención de publicar. Por lo que se cuenta, hubo muchos hombres en aquella época que, pese a su excelente formación, demostraron un gran apego al vicio, aunque no por ello dejaban de ser ingeniosos y de poseer un cierto encanto. Uno de estos hombres fue el tío del marqués de Sade, Jacques-François Paul Aldonse, al que se suele conocer como el abad de Sade. Este cura libertino fue un auténtico prototipo del religioso de vida alegre, que por la mañana se entretenía rezando a Dios, por la tarde leyendo a Horacio y por la noche fornicando a una prostituta. Tanto él como su hermano el conde fueron amigos personales de Voltaire y de madame de Châtelet.

Su padre, después de muchas aventuras, acabó casándose con Marié-Éléonore, una princesa de la família Condé, que por aquel entonces tenía una gran influencia en Francia. Fruto de este matrimonio nacería su hijo Donatien, que pasaría a la historia como el marqués de Sade.



Los Primeros Años

El 2 de Junio de 1740, el conde de Sade, Jean-Baptiste, y su esposa Marié-Éléonore vieron nacer al heredero de la casa, al futuro conde de Sade, al que pusieron de nombre Donatien Alphonse François. Mientras viviese su padre, el título que ostentaría sería el de marqués, con el que la Historia acabaría conociéndolo.

El conde mantuvo siempre una gran preocupación por la educación de su hijo, intentando relacionarlo con lo más elevado de la sociedad francesa y realizando enormes sacrificios para que no le faltase nada, ni siquiera de lo que no es necesario. Esto tuvo un efecto muy negativo en su formación, y el propio marqués será quien diga, unos años más tarde, que con tantos cuidados no se consiguió otra cosa que desarrollar sus vicios. A esto contribuyeron también algunas mujeres amigas y parientes del conde de Sade, que en diferentes épocas estuvieron al cuidado del jovencito (que, por lo que se cuenta, les resultaba encantador).Dado que su madre pertenecía a la família de los Condé, tuvo la ocasión de pasar los primeros años de su vida en un palacio cercano a París, rodeado de todo el lujo y los cuidados que él mismo criticará más tarde.

Al cumplir cinco años, su padre decide que ya es hora de que se traslade a Provenza, donde están las posesiones de la casa de Sade, de modo que marchó al castillo de Saumane, muy diferente al palacio donde se había criado hasta entonces, y mucho más parecido a los escenarios de su futuras novelas: aislado, sombrío y lleno de mazmorras. Allí pasó algunos años felices en compañía de unas mujeres amigas de su padre que lo empeoraron, mimándolo, y de su tío el abad, que tanto le ayudaría en su formación humanística y que tanto le inspiraría en el futuro, pues allí pudo comprobar también el Marqués el libertinaje de este buen ministro de Dios, que siempre estaba bien abastecido de prostitutas. Junto a su tío, el marqués recibió una gran fromación cultural. En la biblioteca de la família podrá leer a los más grandes autores antiguos y modernos, y aprender de ellos lo suficiente para superarlos.

Volvió a París al cumplir los diez años, para entrar en el colegio Louis-le-Grand, uno de los más prestigiosos del momento, regentado por los jesuitas. Aquí nació la pasión del marqués por el teatro, pues era una práctica habitual de la escuela realizar representaciones periódicamente. También sugieren algunos que aquí recibió las primeras impresiones en lo referente a la fustigación y también en lo referente a la sodomía. Se consideraba en aquella época que el castigo del látigo o las varas era un castigo noble, en contraposición a las bofetadas o los tirones de orejas, por ejemplo. Incluso existían tratados sobre ello, y realmente era una práctica habitual en los colegios, para reprimir a los alumnos que no cumplían las normas disciplinarias. Respecto a la sodomía, también existían muchas sospechas de que se practicaba más o menos habitualmente y de que los maestros la fomentaban entre sus alumnos y la practicaban con ellos.

A los catorce años su padre lo saca el colegio para que se incorpore al ejército. Poco tiempo después estalló la guerra con Prusia y, según parece, Sade cumplió valerosamente con sus deberes militares. Todo el mundo alaba en esta época "la extrema dulzura de su carácter". Su padre se preocupa mucho por apartarle de las malas compañías, pues parece ser que el ejército también estaba infestado de todos los vicios. Sin embargo, el joven ya comenzaba a dar muestras de sus inclinaciones, y ya nunca sería posible apartarlo de ellas.

En 1763, al acabar la Guerra de los Siete años, se licencia. Su padre, que ya le buscaba esposa desde hacía tiempo, consigue casarlo con Renée-Pélagie, hija del presidente de Montreuil, una joven no muy agraciada, pero de buena posición económica y de un carácter prudente y sincero. Ya por esta época el marqués era un libertino rematado, y seguramente su padre pretendía apaciguar sus costumbres por medio de esta unión.



El Marqués Libertino

Una vez casado, Sade se traslada a París, con su esposa, al palacio de Montreuil. En un primer momento consigue ganarse su afecto y el de toda su familia. Incluso la presidenta de Montreuil, dama autoritaria y de moral estricta, se muestra encantada con él, y el reciente embarazo de la señora de Sade hace aumentar la felicidad familiar. Pero pronto su libertinaje empieza a salir a flote y a crearle problemas.

A los tres meses sufre su primera detención: las declaraciones de una joven con la que se había entregado a ciertos actos sacrílegos le conducen al torreón de Vicennes, donde permanece 15 días. Las gestiones de su suegra le permiten escapar airosamente de la situación y durante una temporada se dedica a una de sus grandes pasiones: el teatro. Pero se encuentra ya demasiado ligado al libertinaje como para abandonarlo durante mucho tiempo. Los episodios con ciertas damas o con prostitutas se suceden, alcanzando uno de sus puntos culminantes con su viaje a La Coste junto a Mlle. Beavousin, una famosa cortesana.

Pero el auténtico escándalo llega a consecuencia de una escena sádica ocurrida en Alcueril. Allí, el marqués practica algunas torturas (azotes, cortes, cera incandescente, ...) con una joven llamada Rose Keller, y ésta se atreve a denunciarlo. Es encarcelado y, después de siete meses de gestiones, traslados y declaraciones, recupera la libertad, gracias, una vez más, a las maniobras de su suegra, más preocupada por evitar el escándalo que por ayudar a su yerno. Este caso tuvo especial importancia porque hasta entonces, aunque muchos conocían el libertinaje del marqués, se consideraba que formaba parte de la habitual conducta licenciosa de los nobles. Pero a raíz de este suceso de Alcueril, la prensa francesa y la extranjera se cebaron en Sade y explotaron al máximo el escándalo. Es a partir de este momento cuando comienza a surgir la leyenda del marqués de Sade como símbolo del mal.
Maurice Lever considera (y le creo) que muchas de estas acusaciones eran injustas, no tanto porque fuesen infundadas (y en parte lo eran, pues el pueblo siempre quiere que los malvados parezcan peores de lo que son para poder castigarlos), sino porque, en todo caso, había muchas otras personas a las que se podría haber denunciado por hechos parecidos o mucho peores, pero que, gracias a sus influencias, permanecían inmunes e incluso con fama de buenos ciudadanos. Sade tenía el inconveniente de ser demasiado orgulloso para ir a la corte a arrastrase a los pies de las personas influyentes. A pesar de su alta cuna y su fortuna, era un personaje relativamente débil y aislado. Era, en fin, la cabeza de turco perfecta: noble y libertino, pero sin poder suficiente para enfrentarse a sus enemigos. El país necesitaba un personaje así para crucificarlo y él fue ese personaje. Más tarde, estando, encarcelado, ya se quejaría de esta injusticia.

Ante tal situación, el rey le obliga a permanecer en su residencia de La Coste, en la que se dedica muy activamente al teatro. Pero en seguida vuelve, aprovechando un permiso real para hacerse cuidar sus hemorroides, y esto le permite asistir al nacimiento de su segundo hijo. También realiza un viaje de un mes a Holanda y se reincorpora al ejército durante una corta temporada. En esta época la hermana de su esposa, Anne Prospère, que era canonesa en un convento de jovencitas, visitó La Coste con la intención de recuperarse de su delicado estado de salud. Allí, la joven llama la atención del abad de Sade, que naturalmente es rechazado; Donatien, en cambio, parece ser que sí consiguió conquistarla. Pero cuando la presencia de su mujer, de sus hijos, de su cuñada y de su apreciado tío le pueden devolver la alegría, cuando su afición al teatro, a la que dedica tanto tiempo cada vez que se retira a La Coste, puede contribuir también a darle la felicidad, un suceso estúpido dio al traste con todo y marcó definitivamente su vida.

Un buen día el marqués decide hacer una escapada a Marsella, con la intención de dar rienda suelta a su libertinaje. Lleva con él a su criado Latour y le encarga que reclute a unas cuantas prostitutas para una orgía. La orgía se produce y, a juzgar por los testimonios es relativamente "normal", teniendo en cuenta los gustos del marqués. Un poco de fustigación, activa y pasiva, unas cuantas escenas sodomitas entre él y su criado, y únicamente la curiosidad de hacer ingerir a dos de las cuatro jóvenes a las que invitó, pastillas de anís que contenían cantárida, un afrodisíaco bien conocido desde la antigüedad, que el marqués pretendía usar para provocar la excitación anal de las jóvenes e incluso producirles ventosidades. Pero cometió el error de excederse en la dosis, y las jóvenes enfermaron durante unos días. El caso se denunció como si el marqués hubiese intentado asesinarlas, y el resultado fue que al poco tiempo las autoridades se presentaron en La Coste para conducirlo a presencia de la justicia. Sade creyó que todo estaba perdido y huyó. Los jueces, por su parte, obraron con una cierta mala fe y acabaron declarándolo culpable, aunque las jóvenes se recuperasen unos días más tarde y no se dispusiera de pruebas concluyentes. A él y a su criado se les acusaba del gravísimo delito de sodomía y a él en particular de envenenamiento. Por ello fue quemado en efigie en Aix y se le persiguió.

 Esta condena agravó aún más el odio que siempre sintió por los jueces. El marqués fue siempre un defensor de la libertad individual; le molestaba que el estado, representado por un grupo de seres insensibles que basaban su a autoridad en adoptar un aire grave, pusiese barreras a los placeres del individuo. Esta repugnancia se nota especialmente en que muchos de sus libertinos, pero sobre todo los más repulsivos, son jueces o ejercen alguna actividad ligada con la justicia. Curval, el más detestable de todos sus personajes es, probablemente el mejor ejemplo

Escapó a Italia en compañía de su cuñada, que al cabo de unos días volvió a Francia con su hermana. El marqués también vuelve al cabo de un tiempo, pero comete el error de revelarle a la presidenta su situación, creyendo que le ayudará. Ésta se ha transformado en su peor enemigo, sin duda enfadada por el idilio que mantenía con Anne-Prospère, por lo que hace detener a Sade, que es enviado a Miolans. El marqués era una persona especialmente sensible a la pérdida de libertad. Obsesionado con la idea de salir de la cárcel, planea escaparse y lo consigue.

Durante una larga temporada se ve obligado a ir de un lugar a otro, huyendo de los esbirros e la presidenta, y dejando a su esposa la administración de sus asuntos. Ésta da muestras de una gran devoción y se esfuerza al máximo para que sea perdonado, enfrentándose continuamente a su madre. Durante el invierno de 1774-1775, Sade se instala en La Coste junto a ella y contrata a varios jóvenes de uno y otro sexo para tareas tan diversas como "ama de llaves", "secretario", etcétera, pero en realidad, según suele admitirse, para montar sus orgías particulares. Algunas de las jovencitas se quejan del trato del marqués e intentan denunciarle, presentando como pruebas las marcas que conservan en sus cuerpos, pero Sade y su mujer, que le ayuda en todo, consiguen, tras muchos esfuerzos, impedir que las niñas hablen antes de que sus cuerpos estén totalmente curados.
Pero por si acaso, Sade escapa a Italia, y se dedica a recorrer sus ciudades, interesándose por todo, con vistas a escribir un Viaje a Italia. También dedicó su tiempo a otros menesteres como seducir a una madre de familia, a la que naturalmente tuvo que abandonar, dejándola en una profunda desesperación, o alternar con otros libertinos y sinvergüenzas como Ange Gourard o el cardenal de Bernis, amigos también del famoso Casanova.

En junio de 1776, se ve obligado a volver a Francia. Cierto estafador francés había huido a Italia bajo el pseudónimo de "conde de Mazan", que era justamente el mismo que usaba el marqués de Sade. La policía italiana lo buscaba para devolverlo a su país, lo cual dejaba a Sade en una difícil situación, por lo que decidió irse por su propio pie. Una vez allí, vuelve a reclutar jovencitas para su castillo de La Coste. El padre de una de ellas, que hacía de cocinera y a la que Sade llamaba "Justine", se presenta en el castillo y pretende llevársela a punta de pistola. Como no lo consigue, se apresura a denunciar el caso. Sade, en ese momento, viaja a París para visitar el lecho de su madre, que acaba de morir. Naturalmente, la presidenta no pierde esta ocasión para apresarlo. Sade es detenido y conducido a Vicennes.

Al poco tiempo se reabre el caso de Marsella y los nuevos jueces se dan cuenta de que ha sido tratado de una manera un tanto arbitraria, por lo que piden que el marqués se presente de nuevo ante el tribunal, para reabrir el caso. Así se hace y con éxito, pues la sentencia acaba diciendo que todo se reduce a una cuestión de libertinaje, y únicamente le condenan a no poner los pies en Marsella durante tres años y a pagar una multa. Pero cuando Sade ya se cree liberado, la presidenta consigue que se mantenga su detención por otras causas y el inspector Marais se prepara para conducirlo de nuevo a Vicennes. Ante tal perspectiva, el marqués se escapa en cuanto encuentra una ocasión y se esconde en La Coste, pero la policía se presenta allí a los pocos días y es conducido de nuevo a su celda.



La Cárcel

Aunque ya había estado encerrado en varias ocasiones, es ahora cuando Sade experimenta con más crudeza y durante más tiempo su estancia en prisión. Su reclusión está marcada por una auténtica serie de obsesiones que expresa en sus cartas, la mayoría de ellas dirigidas a su mujer. La más importante de esas obsesiones es, lógicamente, la fecha de su salida de prisión.

Sobre todo, llama la atención la extraña manía que tiene el marqués con ciertas cuestiones aritméticas. En cada cifra cree ver un signo, constantemente compara, suma, resta y cree obtener respuestas a ciertas preguntas, como si quienes le rodean hablasen un extraño lenguaje numérico. De nada sirven las repuestas de su mujer asegurándole que todo eso son imaginaciones suyas y que ella no tiene intención de comunicarle nada a través de un juego tan extraño.
Otra de sus obsesiones más importantes es la del paseo y el ejercicio físico, que dice necesitar como el aire que respira. Para un hombre tan activo como él, interesado por todo, ávido de experiencias y acostumbrado a la libertad total, la reclusión debió ser un castigo muy duro, y en sus cartas se puede comprobar que, dejando a un lado su tendencia natural a exagerarlo todo, realmente sufría muchísimo.

También intenta, por supuesto, justificar su conducta y demostrar que es inocente, al menos lo suficiente como para no merecer una reclusión tan larga y en estas condiciones. Ya he mencionado antes que el marqués de Sade fue empleado, probablemente, como cabeza de turco para contentar al pueblo, que estaba ya harto de los abusos de los nobles. El marqués era consciente de ello y se queja amargamente de que otros peores que él anden libres, mientras él se encuentra encerrado por culpa de unos hechos relativamente insignificantes.

En Vicennes permanece encerrado entre 1778 y 1785. Luego es trasladado a la Bastilla hasta pocos días antes de la revolución. Lo que impidió que el marqués de Sade se encontrase en la Bastilla el histórico día en que fue asaltada es curioso y guarda incluso una cierta relación con el propio asalto.
Es bien sabido lo maniático que era el marqués con ciertos detalles y costumbres, una de las cuales era la del paseo. Las autoridades de la Bastilla decidieron negárselo y el marqués, furioso, cogió un hierro y comenzó a golpear los barrotes de su celda, que daba a la calle, para llamar la atención de las personas que paseaban por allí, gritando que los presos estaban siendo degollados por sus carceleros. Ante los enormes problemas que ocasionaba, las autoridades decidieron trasladarlo al manicomio de Charenton. No duró mucho tiempo allí, ya que a los pocos días, el pueblo toma la Bastilla y libera a los pesos del antiguo régimen, devolviendo al maqués de Sade, como a tantos otros franceses, la libertad.



El Período Revolucionario

Nada más ser liberado el marqués, su mujer se apresura a separarse de él, no se sabe bien por qué. El caso es que el ciudadano Sade se encuentra totalmente libre y desligado de sus anteriores vínculos, pero al mismo tiempo aislado y sin recursos. Ante las nuevas ideas que dominan Francia y la situación tan peligrosa para un antiguo noble, decide adoptar la profesión de escritor. A partir de ahora será "M. Sade, homme de lettres". Se apunta en la Sociedad de Autores y dedica todos sus esfuerzos a que se representen sus obras de teatro.

 Son obras de teatro inocentes y "normales", como las que habría podido escribir cualquier otro autor, y no peores, por lo que se dice. Parece como si nuestro siglo se esforzase en fijarse en lo que el siglo de Sade quiso ignorar y viceversa. Se critica a Sade por sus libros escandalosos, cuyas ediciones y traducciones se multiplican y, en cambio, se ignoran estos otros, considerándolos poco interesantes. El caso es que, a pesar de su inocencia, algunas de estas obras fueron rechazadas por cuestiones morales, con unos argumentos que hoy nos parecerían inauditos, pero que en ese momento, con los ánimos tan exaltados como estaban ante la situación del país, eran comprensibles. Curiosamente, la más inmoral de todas, la historia del conde Oxtiern, fue la primera en representarse, no sin un cierto escándalo.

Paralelamente, pero a escondidas, Sade trabajaba en la redacción y publicación de sus novelas (Justine, Aline y Valcour, Juliette,..). El carácter radical de muchas de estas obras obligó siempre a Sade a esconderse y a negar ser el autor de tales manuscritos. La misma Justine, a pesar de ser indiscutiblemente suya y su obra más famosa, siempre sufrió este rechazo. Ya estaba la situación bastante delicada como para atreverse a declararse autor de libros como estos. Si los publicaba era, en gran parte, porque necesitaba el dinero. Ocurre que, aunque de manera más o menos velada, las novelas picantes gozaban de cierto prestigio en una parte del público, y Sade ve en ello una buena oportunidad de conseguir el dinero que tanto necesita. Sin embargo, no quiere que se le confunda con la mayoría de escritores eróticos, a los que desprecia extraordinariamente. En la Historia de Juliette comenta las obras de estos autores, considerándolas miserables folletos hechos en los cafés y burdeles, que prueban en sus mezquinos autores dos vacíos a la vez: el de la mente y el del estómago. La lujuria, hija de la opulencia y la superioridad, sólo puede ser tratada por personas de cierto temple,... por individuos en fin, que, acariciados primero por la naturaleza, lo sean a continuación después por la fortuna por haber ensayado ellos mismos lo que nos traza con su pincel lujurioso; y esto es absolutamente imposible para los granujas que nos inundan con los despreciables folletos de los que hablo.

En este momento es cuando conoce a Marie-Constance Renelle, a la que dedica Justine. Esta mujer a la que el apoda "Sensible", estaba casada con un tal Quesnet, que marchó a las indias, dejándola a ella y a su hijo en Francia. Sade sintió un gran afecto por ella y la contrató como ama de llaves. Incluso le leía sus obras para que ella diese su opinión, igual que hacía Rousseau. Constance se convirtió a partir de entonces en su mujer de hecho, y le ofreció un valioso apoyo en los momentos difíciles.
Sorprende sin duda ver al marqués marearse ante la idea de la pena de muerte, él que ha escrito obras plagadas de crímenes y atrocidades. ¿A qué se debe esta disparidad? Nunca se sabrá, pero quizás resulte más comprensible si pensamos en la diferencia que separa al crimen del libertino, realizado por placer, con premeditación, y con mil detalles destinados a excitar la sensibilidad, del crimen de estado, frío y seco, que pretende justificarse a sí mismo como necesario, como una consecuencia de ciertas leyes que limitan la libertad del hombre y que, bajo la apariencia de defender el orden y la paz de la sociedad, esconden la tiranía de quienes tienen poder suficiente para imponerlas. El marqués de Sade fue, más que un ilustre libertino, un ilustre defensor de la libertad del ser humano, un enemigo de las restricciones impuestas por la sociedad, un hombre que se planteó siempre la cuestión de hasta dónde puede llegar una persona que pueda llevar a la práctica sus caprichos, sin que las pesadas normas que le imponen sus conciudadanos vengan a restringirlos. De ahí que para él la pena de muerte fuese la máxima aberración.

Bajo el Terror de Robespierre, Sade es arrestado y se le envía a la guillotina. Varias acusaciones estúpidas, que pretenden desenterrar los hechos por los que ya cumplió condena bajo la monarquía, vienen a desembocar en una acusación que lo considera enemigo de la revolución. Con eso basta en esta época para morir. El propio marqués escribió:
"Es preciso ser prudente con la correspondencia, jamás el despotismo abrió tantas cartas como abre ahora la libertad."

De este modo, el terrible marqués, que ya ha pasado media vida en prisión por culpa de ciertas faltas insignificantes y que no ha perjudicado a nadie tras la toma de la Bastilla e incluso ha apoyado la causa revolucionaria, es conducido hacia la muerte, al igual que muchos otros inocentes, por los discípulos de Rousseau, por los defensores de la libertad. Sin embargo, en el último momento, cuando ya le llevaban en el carro junto a los otros condenados, las autoridades le dejan en libertad. ¿Por qué? Se especula con hipótesis referentes a la incompetencia burocrática del momento, al caos reinante, o también a las acciones de Constance que, desde fuera, hacía cuanto podía para que el marqués fuese liberado. Sea como fuere, Sade se libró de la muerte y decidió apartarse totalmente de la política, en vista de lo inestable de la situación.



El Autor

Durante todo el periodo revolucionario, Sade tuvo importantes problemas de dinero. Todos los nobles y los defensores del antiguo régimen fueron perseguidos y aún tuvo suerte de no acabar guillotinado. Sus hijos habían emigrado a Alemania, y ser padre de emigrados era, en ese momento, casi un sinónimo de enemigo de la revolución. Pero ha conseguido librarse de la muerte y ahora le toca librarse de la pobreza. Se ve obligado a vender sus posesiones y, al no tener otra profesión, recurre a la de escritor. Es en esta época cuando publica muchas de sus obras (La nueva Justine, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Los crímenes del amor, La filosofía en el tocador, ...), pero aun así, pasa una gran necesidad.

Además, otro problema viene a sumarse al económico: cada vez más gente sospecha que él es el autor de Justine, e incluso aparecen artículos en los periódicos que le atribuyen la obra y arremeten contra él. La aparición de otras novelas libertinas como la Historia de Juliette no hace más que agravar la situación. Hace poco que ha vuelto a cambiar el régimen político: ahora es el cónsul Bonaparte el que dirige el destino del país. No importa: la monarquía encarceló a Sade por motivos morales, la revolución aprovechó los mismos argumentos y no va a ser Napoleón quien vaya a perdonarle. En 1801, Sade es detenido y juzgado por haber escrito Justine y la Historia de Juliette. Él lo niega, pero su fama es más fuerte que su palabra y acaba siendo recluido en el manicomio de Charenton.

Allí acabó su vida pública. En este horrible lugar permanecerá hasta su muerte, en 1814. Pero antes de que llegase ese momento, aún tuvo tiempo de realizar una actividad curiosa: organizar representaciones de teatro con los locos del manicomio. M. Coulmier, director del centro, era un hombre activo que se esforzaba por mejorar las condiciones de los reclusos tanto como podía. La idea de organizar representaciones le pareció buena y así, el marqués se encontró llevando a la práctica una de sus mayores aficiones en uno de los lugares que menos hubiese imaginado. Sin embargo, la idea tiene éxito y mucha gente viene desde París para contemplar la nueva "terapia contra la locura".
Aún tendrá que enfrentarse con algunas dificultades, pues todavía hay quienes le consideran peligroso, e intentan enviarlo a otro lugar en el que no tenga contacto con otras personas. Afortunadamente, estas gestiones no progresan y permanece en Charenton hasta el final de sus días.
Su epitafio (fue escrito por él mismo) revela perfectamente en qué consistió su vida:

Epitafio a D.A.F. de Sade,

Arrestado bajo todos los regímenes.
Paseante,
Arrodíllate para rezar
Por el más desdichado de los hombres.
Nació en el siglo pasado
Y murió en el que vivimos.
El despotismo, con su horrible mueca
En todo momento le hizo la guerra.
Bajo los reyes, ese monstruo odioso
Se apoderó de su vida entera;
Bajo el Terror reaparece
Y pone a Sade al borde del abismo;
Bajo el Consulado revive:
Sade vuelve a ser la víctima.

Efectivamente, fue apresado bajo todos los regímenes bajo los que vivió, aunque sus hechos probablemente no lo merecieran. Escuchemos lo que el propio marqués decía a este respecto:
"Sí, soy un libertino, lo reconozco; he concebido todo lo que puede concebirse en este sentido, pero ciertamente no he hecho todo lo que he concebido, ni lo haré jamás. Soy un libertino, pero no soy un criminal ni un asesino, y, ya que se me fuerza a colocar mi apología junto a mi justificación, diré pues que, tal vez, sería posible que aquellos que me condenan tan injustamente como lo han hecho pudieran contrapesar sus infamias con mis buenas acciones tan probadas como las que yo puedo oponer a mis errores."

En efecto, su primera detención ocurrió por entregarse a actos sacrílegos con una prostituta. La llevó a una habitación y la obligó a realizar ciertos actos como los que se leen en sus obras (pisar un crucifijo, maldecir, fornicar poniendo una hostia consagrada en la entrada, etc.). También practicó un poco la fustigación con ella, pero parece ser que eso no impresionó mucho a los tribunales: todo radicaba en el sacrilegio. Pero, ¿acaso no habría ocurrido hoy en día lo contrario? ¿Qué tribunal moderno se atrevería a condenar a alguien por sacrilegio? Una pequeña multa o un corto arresto por azotar a la prostituta y nada más.

El caso de Alcueril, que tantos problemas le causó, sí que merecía realmente alguna temporada en prisión, pues parece ser que las torturas que ejerció sobre la joven eran de una cierta importancia. Sin embargo, ¿cuantas personas practican este tipo de torturas voluntariamente, incluso hoy en día? Además, hay pocas dudas respecto a que la joven se estuviese prostituyendo y, por lo tanto, aceptase hasta cierto punto someterse a los caprichos de su cliente, como ha ocurrido siempre, ocurre hoy en día, y seguirá ocurriendo en el futuro.

Sobre el caso de Marsella, la acusación de envenenamiento cae por su propio peso y las mejores pruebas son que las mujeres no murieron y que el mismo tribunal de Aix, cuando años más tarde reabrió el caso, encontró inocente al marqués. La acusación más grave que se hacía sobre él era la de sodomía, que pocos jueces se atreverían a sostener en nuestra época, ante el riesgo de ser acusados a su vez de discriminación. Una muestra más de lo débiles y cambiantes que son los juicios humanos.
En cuanto a sus detenciones tras la revolución francesa, básicamente debidas a Justine no deja de sorprender que una misma persona fuese arrestada tantas veces y bajo tantos gobiernos distintos, e incluso estuviese a punto de ser guillotinada por escribir un libro que hoy podemos encontrar en cualquier librería.

En general, no parece que los actos del marqués hayan sido tan espantosos como los que tanto abundan en sus obras, y la leyenda que lo presenta como un monstruo sanguinario parece ser más fruto de la imaginación de ciertas personas que del análisis exhaustivo de sus actos. Nunca fue acusado, al menos con un mínimo fundamento, de asesinar a nadie ni de haberlo intentado. Los hechos libertinos de los que se le acusa no parecen haber sido peores que los de cualquier noble libertino de la época, e incluso menos graves que los de otros, como el conde de Charolais, y si bien algunos de sus actos pueden considerarse vergonzosos, la reacción de los gobiernos y los jueces sobre él no fue menos desmesurada e injusta.



Pensamiento

Sostuve mis extravíos con razonamientos. No me puse a dudar. Vencí, arranqué de raíz, supe destruir en mi corazón todo lo que podía estorbar mis placeres. D. A. F. Sade77
Para Simone de Beauvoir, Sade fue un hombre racionalista, que necesitaba comprender la dinámica interna de sus actos y los de sus semejantes, y que sólo se afilió a las verdades dadas por la evidencia. Por eso fue más allá del sensualismo tradicional, hasta transformarlo en una moral de singular autenticidad. Según esta autora, las ideas de Sade se anticiparon a las de Nietzsche, Stirner, Freud y el surrealismo, pero su obra resulta en buena medida ilegible, en sentido filosófico, y llega incluso a la incoherencia.

Para Maurice Blanchot, el pensamiento de Sade es impenetrable, pese a que abunden en su obra los razonamientos teóricos, y a que estén expresados con claridad, y respeten escrupulosamente las disposiciones de la lógica. En Sade, el uso de sistemas lógicos es constante; retorna con paciencia sobre un mismo asunto una y otra vez, mira cada cuestión desde todos los puntos de vista, examina todas las objeciones, responde a ellas, encuentra otras a las cuales responde también. Su lenguaje es abundante, pero claro, preciso y firme. Sin embargo, para Blanchot, no es posible ver el fondo del pensamiento sadiano o hacia dónde se dirige exactamente, ni de dónde parte. Así, tras la intensa racionalización hay un hilo conductor de completa irracionalidad.

Según Blanchot, la lectura de la obra de Sade genera en el lector un malestar intelectual frente a un pensamiento que siempre se reconstruye, tanto más en la medida en que el lenguaje de Sade es sencillo, y no recurre a figuras retóricas complicadas ni a argumentos rebuscados.
Para Sade, la razón es la facultad natural para que el ser humano se determine por un objeto u otro, en proporción a la dosis de placer o de daño recibido de esos objetos: cálculo sometido de modo absoluto a los sentidos, puesto que sólo de ellos se reciben las impresiones comparativas que constituyen o los dolores de los que se quiere huir o el placer que se debe buscar. Así pues, la razón no es más que la balanza con la que pesamos los objetos, y por la cual, poniendo en el peso aquellos objetos que están lejos de nuestro alcance, conocemos lo que debemos pensar por la relación existente entre ellos, de tal forma que sea siempre la apariencia del mayor placer lo que gane. Esta razón, en nosotros como en los animales, que también la tienen, no es más que el resultado del mecanismo más tosco y más material. Pero como no existe para Sade otro medio más confiable de verificación, sólo a él es posible someter la fe hacia objetos sin realidad

Para Sade, cada quien debe hacer lo que le plazca, y nadie tiene otra ley que la de su placer. Esta moral está fundada en el hecho primero de la soledad absoluta. La naturaleza hace al hombre nacer solo, y no existe ninguna especie de relación entre un hombre y otro. La única regla de conducta es, pues, que el hombre prefiera todo lo que le convenga, sin tener en cuenta las consecuencias que esta decisión pueda acarrear al prójimo. El mayor dolor de los demás cuenta siempre menos que el propio placer, y no importa comprar el más débil regocijo a cambio de un conjunto de desastres, pues el goce halaga, y está dentro del hombre, pero el efecto del crimen no le alcanza, y está fuera de él. Este principio egoísta está, para Blanchot, perfectamente claro en Sade, y se puede encontrar en toda su obra

Sade considera a todos los individuos iguales, por lo que cada quién tiene el derecho de no sacrificarse a la conservación de los demás, incluso si la propia felicidad depende de la ruina de otros. Todos los hombres son iguales; ello quiere decir que ninguna criatura vale más que otra y por lo mismo, todas son intercambiables, ninguna tiene sino la significación de una unidad en un recuento infinito. Enfrente del hombre libre, todos los seres son iguales en nulidad y el poderoso, al reducirlos a nada, no hace sino volver evidente esa nada. Además, formula la reciprocidad de derechos mediante una máxima válida tanto para las mujeres como para los hombres: darse a todos aquellos que lo desean y tomar a todos aquellos a quienes deseamos. « ¿Qué mal hago, qué ofensa cometo, diciendo a una bella criatura, cuando la encuentro: préstame la parte de tu cuerpo que puede satisfacerme un instante y goza, si eso te place, de aquella del mío que puede serte agradable?». Semejantes proposiciones le parecen irrefutables a Sade

Para Sade, el poder es un derecho que debe ser conquistado. Para unos, el origen social les hace más asequible el poder, mientras que otros deben alcanzarlo desde una posición de desventaja. Los personajes poderosos de sus obras, dice Blanchot, han tenido la energía de elevarse por encima de los prejuicios, contrario al resto de la humanidad. Unos están en posiciones privilegiadas: duques, ministros, obispos, etc., y son fuertes porque forman parte de una clase fuerte. Pero el poder no es solamente un estado, sino una decisión y una conquista, y sólo es realmente poderoso aquel que es capaz de lograrlo por medio de su energía. Así pues, Sade también concibe a personajes poderosos que han salido de las clases más desfavorecidas de la sociedad y, de este modo, el punto de partida del poder es la situación extrema: la fortuna, por una parte, o la miseria, por otra. El poderoso que nace en medio de privilegios está demasiado arriba como para someterse a las leyes sin decaer, mientras que el que ha nacido en la miseria está demasiado abajo como para conformarse sin perecer. Así, las ideas de igualdad, desigualdad, libertad, revuelta, no son en Sade sino argumentos provisionales a través de los cuales se afirma el derecho del hombre al poder. De este modo, llega el momento en que las distinciones entre los poderosos desaparecen, y los bandoleros son elevados a la condición de nobles, a la vez que éstos dirigen pandillas de ladrones.



Obra

Muchas de las obras de Sade contienen explícitas descripciones de violaciones e innumerables perversiones, parafilias y actos de violencia extrema que en ocasiones trascienden los límites de lo posible. Sus protagonistas característicos son los antihéroes, los libertinos que protagonizan las escenas de violencia y que mediante sofismas de todo tipo justifican sus acciones.

Sade fue un autor prolífico que se adentró en diversos géneros. Gran parte de su obra se perdió, víctima de varios ataques; entre ellos, los de su propia familia, que destruyó numerosos manuscritos en más de una ocasión. Otras obras permanecen inéditas, principalmente su producción dramática (sus herederos poseen los manuscritos de 14 obras de teatro inéditas).

En 1782, también mientras estaba en prisión, escribió el relato corto Diálogo entre un sacerdote y un moribundo, en el que expresa su ateísmo mediante el diálogo entre un cura y un viejo moribundo, quien convence al primero de que su vida piadosa ha sido un error.

En 1787, Sade escribió Justine o los infortunios de la virtud, una primera versión de Justine, que fue publicada en 1791. Describe las desgracias de una chica que elige el camino de la virtud y no obtiene otra recompensa que los repetidos abusos a los que es sometida por varios libertinos. Sade escribió también L'Histoire de Juliette (1798) o El vicio ampliamente recompensado, que narra las aventuras de la hermana de Justine, Juliette, quien elige rechazar las enseñanzas de la iglesia y adoptar una filosofía hedonista y amoral, lo que le proporciona una vida llena de éxito.

La novela Los 120 días de Sodoma, escrita en 1785, aunque no terminada, cataloga una amplia variedad de perversiones sexuales perpetradas contra un grupo de adolescentes esclavizados, y es el trabajo más gráfico de Sade. El manuscrito desapareció durante la toma de la Bastilla, pero fue descubierto en 1904 por Iwan Bloch, y la novela fue publicada en 1931-1935 por Maurice Heine.
La novela La filosofía en el tocador (1795) relata la completa perversión de una adolescente, llevada a cabo por unos «educadores», hasta el punto que termína matando a su madre del modo más cruel posible. Está escrita en foma de diálogo teatral, incluyendo un extenso panfleto político, ¡Franceses! ¡Un esfuerzo más si deseáis ser republicanos!, en el que, coincidiendo con la opinión del «educador» Dolmancé, se hace un llamamiento a profundizar en una revolución que se considera inacabada. El panfleto fue vuelto a publicar y distribuido durante la Revolución de 1848 en Francia.

El tema de Aline y Valcour (1795) es recurrente en la obra de Sade: una pareja de jóvenes se quieren, pero el padre de ella trata de imponer un matrimonio de conveniencia. La novela se compone de varias tramas; la principal, narrada mediante una serie de cartas que se cruzan los distintos protagonistas, y los dos viajes y peripecias de cada uno de los jóvenes: Sainville y Leonore. En el viaje de Sainville se incluye el relato de la isla de Tamoe, descripción de una sociedad utópica. Este fue el primer libro que Sade publicó con su verdadero nombre.

En 1800 publicó una colección de cuatro volúmenes de relatos titulada Los crímenes de amor. En la introducción, Ideas sobre las novelas, da un consejo general a los escritores y hace referencia asimismo a las novelas góticas, especialmente a El monje de Matthew Gregory Lewis, que considera superior al trabajo de Ann Radcliffe . Uno de los relatos de la colección, Florville y Courval, ha sido considerado también como perteneciente al género «gótico». Es la historia de una joven mujer que, contra su voluntad, termina enredada en una intriga incestuosa.

Mientras estaba encarcelado nuevamente en Charenton, escribió tres novelas históricas: Adelaide de Brunswick, Historia secreta de Isabel de Baviera y La marquesa de Gange. Escribió también varias obras de teatro, la mayor parte de las cuales permanecieron inéditas. Le Misanthrope par amour ou Sophie et Desfrancs fue aceptada por la Comédie-Française en 1790 y Le Comte Oxtiern ou les effets du libertinage fue representada en el Teatro Molière en 1791.

Su obra más difundida en su tiempo y durante el siglo XIX fue Justine o los infortunios de la Virtud. Sade intentó que fuese un revulsivo en la literatura francesa de la época que consideraba moralista:
El triunfo de la Virtud sobre el vicio, la recompensa del Bien y el castigo del Mal son la base frecuente del desarrollo de las obras de este género. ¿No deberíamos estar hartos ya de este esquema? Pero presentar al Vicio siempre triunfante y a la Virtud víctima de sus propios sacrificios [...] En una palabra, arriesgarme a describir las escenas más atrevidas y las situaciones más extraordinarias, a exponer las afirmaciones más aterradoras y a dar las pinceladas más enérgicas...

Carta a su amiga Constance
La crítica deploró esta obra, que se publicó anónima y circuló clandestinamente. Fue considerada obscena e impía y a su autor se le calificó de depravado: «El corazón más depravado, la mente más degradada, no son capaces de inventar algo que ultraje tanto a la razón, al pudor y a la honestidad»;87 «...el famoso marqués de Sade, el autor de la obra más execrable que jamás haya inventado la perversidad humana».88 Un escritor de la época, Restif de la Bretonne, escribiría en contestación a Justine, La anti-Justine o las delicias del Amor. Y la contundente contestación de Sade a una virulenta crítica de otro escritor, Villeterque, hoy se ha hecho célebre (A Villeterque el fuliculario).

A pesar de que su edición fue clandestina, circuló profusamente. En vida de Sade se hicieron seis ediciones de la misma y los ejemplares pasaban de mano en mano, leyéndose de forma oculta, convirtiéndose en una «novela maldita». En el siglo XIX continuó circulando clandestinamente, influyendo en escritores como Swinburne, Flaubert, Dostoievski y en la poesía de Baudelaire (entre los muchos en los que se ha querido ver la influencia sadiana).