lunes, 20 de febrero de 2017

Anaïs Nin




Anaïs Nin Culmell, bautizada como Ángela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin Culmell (Neuilly-sur-Seine, Francia, 21 de febrero de 1903 - Los Ángeles, 14 de enero de 1977) fue una escritora estadounidense, nacida de padres cubano-españoles. Después de haber pasado gran parte de su temprana infancia con sus familiares, se naturalizó como ciudadana estadounidense; vivió y trabajó en París, Nueva York y Los Ángeles. Autora de novelas avant-garde en el estilo surrealista francés, es mejor conocida por sus escritos sobre su vida y su tiempo recopilados en los llamados Diarios de Anaïs Nin, volúmenes del 1 al 7.


Nin comenzó a escribir su diario a comienzos del siglo XX, a la edad de once años. Continuó escribiendo en sus diarios por varias décadas, y a lo largo de la vida conoció y se relacionó con mucha gente interesante e influyente del mundo artístico y literario, así como del mundo de la psicología, incluyendo a Henry Miller, Antonin Artaud, Otto Rank, Edmund Wilson, Gore Vidal, James Agee y Lawrence Durrell.

Los manuscritos originales de sus diarios, que constan de 35.000 páginas, se encuentran actualmente en el Departamento de Colecciones Especiales de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles).

Sus padres fueron la cantante cubana de origen francés y danés Rosa Culmell, y el compositor y pianista cubano de ascendencia catalana Joaquín Nin, quien las abandonó cuando Anaïs contaba con once años.1 Este abandono, que marcó a Nin para el resto de su vida, fue también el detonante para que ella comenzara a escribir sobre su vida en sus diarios, los cuales se iniciaron como una carta dirigida a su padre, con quien no tuvo contacto durante los siguientes 20 años.


A los 19 años consigue un trabajo como modelo y bailarina de flamenco y se casa en La Habana (Cuba) con el banquero Hugh Guiler, con el que se marcha a vivir a París. Una vida aburrida y la lectura de D. H. Lawrence la convencen para hacerse escritora.

En 1930 publica un ensayo sobre Lawrence y un año después conoce a Henry Miller, quedando ambos mutuamente admirados e iniciando una correspondencia apasionada. Se convierten en amantes y aunque años después dejaron de serlo, mantuvieron contacto por medio de cartas por el resto de sus vidas. Al tiempo, la mujer de Miller, June, la inicia en el voyeurismo y el safismo.

Empieza a escribir una novela en París, titulada La casa del incesto. Tras ser psicoanalizada primero por el Dr. René Allendy y después por Otto Rank, se inicia en el estudio del psicoanálisis, y posteriormente trabaja una temporada como psicoanalista en Nueva York, apoyada por Rank. Se reencuentra con su padre, Joaquín Nin, en Louveciennes, 20 años después de su abandono. Según sus Diarios, los dos se involucran en una apasionada relación incestuosa, que fue negada por el hermano de Anaïs, según declaración de la escritora cubana Zoé Valdés. Escribe Invierno de artificio y publica La casa del incesto, edición que confeccionó en una rústica imprenta que montó en una buhardilla de Macdougal Street, en New York y que utilizó para imprimir sus libros y los de sus amigos.


En 1939 emigra a Estados Unidos y allí se convierte en la primera mujer que publica relatos eróticos, Delta de Venus, que denota una fuerte influencia del Kamasutra. Enfrentada con una necesidad desesperada de conseguir dinero, Nin y Miller comenzaron en la década de 1940 a escribir narrativas erótica y pornográficas para un "colecccionista anónimo" a un dólar por página. Nin consideraba los personajes en sus escritos eróticos como caricaturas extremas y no pretendría publicarlos, pero cambió de opinión a principios de la década de 1970 y permitió que se publicaran a modo de compilaciones en "Delta de Venus" y "Pajaritos".


En su propia editorial, publica en 1947 En una campana de cristal, que es bien recibido por la crítica, destacando el comentario de Edmund Wilson. El éxito definitivo le llega en 1966 con la publicación de su diario, aunque al tiempo su salud se resquebraja por causa de un tumor de ovarios. Se la reconoce como pionera de la liberación de la mujer.

En 1955 se casa por segunda vez con Rupert Pole, sin haberse divorciado de su primer esposo Hugh Guiler. Por años, Nin mantuvo una doble vida, dividiendo su tiempo entre una modesta casa con Rupert Pole en Sierra Madre, California y un opulento apartamento con Hugh Guiler, en Nueva York. Nin nunca se divorció de Guiler, quien toleraba los affairs de su esposa, incluido el que tenía con Pole, aunque se cree que no supo del segundo matrimonio. Nin apreciaba la devoción inquebrantable de Guiler, y también su dinero, el cual la ayudaba a financiar su vida en California con Pole.2


En 1966, cuando Anaïs entró a la notoriedad pública por el éxito de sus diarios, el temor a que su bigamia saliera a la luz la hizo anular su matrimonio con Pole, pero continuó viviendo alternadamente con Pole y con Guiler, hasta que a mediados de los años setenta, cuando el cáncer ya no le permitió viajar a Nueva York, Nin se quedó a vivir de tiempo completo con Pole.

Nin ha sido aclamada por muchos críticos como una de las más notables escritoras de literatura erótica femenina. Fue una de las primeras mujeres en realmente explorar el mundo de la literatura erótica, y ciertamente la primera mujer occidental destacada por escribir literatura erótica. Antes que ella, la literatura erótica escrita por mujeres era muy escasa, con algunas pocas notables excepciones.
Su obra ha sido llevada al cine en Henry y June (1990), dirigida por Philip Kaufman, y al teatro con La casa del incesto en adaptación de Georgina Tábora.
En 1973 recibió el doctorado honoris causa del Philadelphia College of Art. Fue elegida para el Instituto Nacional de las Artes y las Letras en 1974. A su muerte, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas esparcidas sobre la Bahía de Santa Mónica.


La razón por la que existen ahora dos versiones publicadas de sus diarios es debido a que mucha de la gente que Anaïs menciona en sus diarios estaba aún viva cuando el primer volumen fue publicado en los 1960, por lo que porciones considerables de los diarios tuvieron que ser censuradas. Conforme pasó el tiempo y muchos de las personas mencionadas en el diario fueron falleciendo, comenzaron a publicarse versiones "inexpurgadas" o sin censura de los diarios. Ambas versiones son interesantes porque contienen material único; las versiones "inexpurgadas" en su mayor parte ignoran el material que se cubrió en las versiones originales.


Los 4 volúmenes de los diarios inexpurgados son los siguientes:

"Henry, su mujer y yo" Diario amoroso (1931-1932) (también llamado "Henry y June") se recomienda como un buen comienzo para los lectores que no estén previamente familiarizados con Anaïs y su trabajo. Este libro describe la forma en que Anaïs maneja el triángulo amoroso en el que se ve envuelta con Henry Miller (autor de Trópico de Cáncer) y su esposa June. ISBN 950-04-2798-2, ISBN 978-950-04-2798-2. Éste es el más conocido y fácil de conseguir de los diarios de Nin traducidos al español.

"Incesto" Diario amoroso (1932-1934) retoma la historia donde se quedó el diario anterior. Algunas personas encuentran este libro perturbador porque Anaïs describe en él un aborto en etapa avanzada de embarazo y, en opinión de algunos, idealiza una relación romántica y sexual con su padre, con el que se reencuentra (y enamora) después de 20 años de no verlo.



"Fuego" Diario amoroso (1934-1937) nos describe el arribo de Anaïs a Nueva York a donde ha ido escapando de su esposo y de su amante Henry Miller, para regocijarse en el análisis del psicoanalista Otto Rank (uno de los primeros discípulos de Sigmund Freud).3

"Más cerca de la luna" Diario amoroso (1937-1939) Anaís se encuentra a mediados de la treintena, encuentra una comprensión más profunda de ella misma y de sus complejas relaciones con su esposo Hugo, con Henry Miller y con su amante sudamericano.

Al menos de los primeros tres de estos diarios, existen publicadas traducciones al castellano.



Henry Miller y Anaïs Nin. Amor, inteligencia y creatividad

Una pasión más allá de lo permitido

"Desde ese primer encuentro no habrían de separarse más, espiritualmente al menos, aunque sus amigos no les auguraron una amistad trascendente. Anaïs, a pesar de su vocación por sofocarse de sensualidad, en el fondo era una "niña-mujer" de vagos modales aristocráticos, que requería siempre tener a su lado a su marido, Hugh Guiler, un banquero próspero y sobreprotector, y tenía una verdadera debilidad por rodearse de un entorno armonioso, amigos elegantes, objetos caros, al punto de que con facilidad se le podía atribuir la superficialidad. Miller, en cambio, era un gánster calvo, cuarentón, con aspecto de sepulturero y una sonrisa crápula que usaba para sobrevivir en la asquerosidad de los barrios miserables donde se veía obligado a vivir. Sin embargo, por insistencia del espíritu libertino de Anaïs y la tenue perversidad de Henry, se convirtieron en amantes." El Dominical, Enrique Sánchez Hernani


Anaïs Nin "Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo".

Cuando Anaïs tenía once años, su padre la abandonó a ella y al resto de su familia para huir con una adolescente de 16 años. Después de un tiempo, humillada y sola, la madre de Anaïs viaja a establecerse en New York desde Francia. Nunca más recuperarán el contacto con Joaquín Nin y esto se vuelve una obsesión para Anaïs.

Con solo 19 años, Anaïs consigue un trabajo como bailarina de flamenco y modelo. En el marco de sus correrías conoció al estable banquero Hugo Guiler, con quien se casó en La Habana, Cuba, y con el que regresó a París como "Señora de".

Anaïs escribió desde una edad muy temprana. Comenzó a escribir bajo la forma de cartas a su padre. Su primera novela, "La casa del incesto" (1936) es sobrada muestra de la obsesión de la escritora por su padre.


Después le seguirán obras como "Invierno de artificio" (1939), "Bajo la campana de cristal" (1944), "Hijos del albatros" (1947), "Una espía en la casa del amor" (1954), "Ciudades de interior" (1959) y "Collage" (1964).

Anaïs Nin fue amiga y amante de muchos escritores célebres como figuras Artaud, Edmund Wilson, Gore Vidal, James Agee y Lawrence Durrell. Pero es su historia con Henry Miller la que lleva su nombre a la mitología de las parejas célebres.

Henry Miller

Henry Valentine Miller novelista estadounidense nacido en 1891 en New York. Después de divorciarse de su primera esposa, Beatrice Sylvas, se casó en 1924 se casó con June Mansfield, con ella tuvo una hija.
Cuando llega la Gran Depresión de 1929, Henry decide viajar a Francia. Sin recursos económicos, se alimentaba y sobrevivía con la caridad que encontraba. En medio de esta bohemia desarrapada, tuvo la suerte de encontrarse con un abogado norteamericano, Richard Osborn, que lo acogió en su propio departamento.

Las obras de Miller son varias, pero es mundialmente conocido por sus Trópicos. "Trópico de Cáncer" y "Trópico de Capricornio" que fueron censurados y tachados de pornográficos hasta que, en 1964 la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló el juicio por obscenidad contra Miller.
Henry y Anaïs, una pasión mente/cuerpo


Anaïs y Henry se vieron por primera vez en 1931 en la casa de ella. Tenían 28 y 40 años. Anaïs queda fascinada con el mundo que Henry le muestra. La bohemia de Montparnasse, la decadencia y el libertinaje que ella desconocía. Hablan durante horas sobre literatura, filosofía y psicología. Pero no solo charlan. Henry y Anaïs se seducen mutuamente desde la inteligencia y desde el plano físico. Son amantes.



June viaja a París a visitar a Henry y conoce a Anaïs. Queda extrañamente fascinada con esta escritora. Cuando June vuelve a USA en 1932, los amantes prosiguen su relación aun estando ella casada con Guiler. La historia tiene una vuelta de tuerca más. Cuando June regresa por segunda vez a Paría, se convierte también en amante de Anaïs, dando lugar al inicio de uno de los triángulos eróticos y emocionales más polémicos del S.XX.

En 1933, June descubre que no es la única amante de Anaïs, sino que su propio esposo es su rival. Vuelve a Estados Unidos. Los amantes siguen adelante y Miller escribe "Primavera Negra" (dedicada a Anaïs) y "Trópico de Capricornio" (un estudio sobre D. H. Lawrence).
Anaïs fue también la mecenas de Miller al sostenerlo económicamente durante mucho tiempo y ayudarlo en la publicación de "Trópico de Cáncer". Nin nunca quiso divorciarse de su esposo a pesar de su relación con Miller y sus otros amantes. "Temo mi libertad. Hugo es el hombre a quien debo la vida".


En 1939 Miller y Nin abandonan París huyendo de la 2° Guerra Mundial. En Nueva York escriben juntos relatos eróticos. Henry decidió mudarse a California y pidió a Anaïs que se mudase con él pero ella nunca querría abandonar a su esposo. "Me retiene por medio de mi sensación de culpa, de responsabilidad, mi incapacidad para causar dolor…"

La historia de Henry Miller y Anaïs Nin tiene diferentes lecturas según la idiosincrasia particular de cada uno. Interpretada como una relación destructiva para unos, es, para otros, el epítome de la sensualidad y la libertad. Ahí estuvieron, eso fueron. Amor, creatividad e inteligencia.



Henry y June de Anaïs Nin:

El escritor Henry Miller y su excéntrica esposa June son los dos polos alrededor de los cuales giran los deseos eróticos de Anaïs Nin, en el marco del turbulento París de entreguerras. Un erotismo que la autora nos trasmite con extrema franqueza, en un apasionante relato autobiográfico de gran calidad literaria e insólita lucidez.
La apacible vida conyugal con su marido Hugo, la atracción física e intelectual por el gran escritor americano, y la seducción que emana de la inquietante belleza de June, conforman una embriagadora combinación de deseos y sentimientos que desborda el ámbito de las palabras para constituir un documento humano extraordinario y único en la literatura de este siglo.Henry y June



Delta de Venus de Anaïs Nin:

¿Erotismo? ¿O directamente y sin paños tibios, pornografía? En todo caso, pornografía o erotismo femeninos en los relatos de Delta de Venus, la sensualidad que se excita y estalla es la de la mujer fuera de su tradicional rol pasivo, Anaïs Nin, cuyos Diarios han dado cruel, aguda y humorísticamente testimonio de una etapa decisiva de nuestra época, ensaya aquí un camino totalmente diferente: el Eros hembra, con toda su formidable potencia y sus elusivas formas, sale a luz en este libro directo y crudo, inocente y perverso, luminoso y sombrío. Escrito en 1940, por encargo de un millonario que pagaba a dólar la página, Delta de Venus no ha podido publicarse en inglés hasta hace pocos años, y desde entonces viene despertando vivas polémicas.



Corazón cuarteado de Anaïs Nin:

Corazón cuarteado forma parte de esa gran novela continua que la autora norteamericana de origen catalán se propuso escribir como complemento a sus Diarios. El título refleja una doble alusión: la historia de una relación amorosa que nace, culmina y se resquebraja a lo largo de estas páginas; y la ambigüedad y ambivalencia de los sentimientos de Djuna, la protagonista, cegada por las imágenes que segrega su propio amor. Porque para Djuna, como para la terminología heráldica, el corazón cuarteado es, también, el corazón dividido en cuatro partes independientes, en cuatro espacios distintos, incomunicados, aunque igualmente profundos y capaces de amar con sinceridad.

La experiencia de Djuna en Corazón cuarteado se corresponde, por añadidura, con la biografía de su creadora: el París bohemio de entreguerras, la perpetua fiesta en la que arden los idealismos de las generaciones perdidas de todos los países y continentes, la dificultad e inconstancia de las relaciones personales... Todo ello visto, en este caso, a través de unas imágenes de quintaesencia romántica: la gabarra centenaria anclada en los pintorescos y turbulentos muelles del Sena; la barcaza refugio de enamorados, conspiradores y suicidas y, a la vez, premonición de inminentes -y más trascendentales- naufragios; Rango, el mestizo voluble, el guitarrista ocioso, el paladín infantil de las causas perdidas; Zora, la sombra de los celos maníacos y destructivos...

Pájaros de fuego de Anaïs Nin:

El libro reúne trece relatos eróticos, abordados desde la óptica femenina de Nin. Historias cuasi cotidianas, con pinceladas (muchos de los relatos tienen como protagonistas a pintores) de perversión.
Pocas mujeres escritoras se atreven celebrar la experiencia sexual en toda su plenitud como lo hace Anaïs Nin. Pájaros de Fuego explora la pasión en todas sus formas. Evocadora, atractiva y soberbiamente erótica, este es un viaje de gran alcance en el misterioso mundo del sexo y la sensualidad.
Más que una novela, este libro es una colección de relatos, pero entre todos ellos, cada uno por su cuenta y en conjunto, forman una visión muy bien construida de una protagonista y sus historias eróticas y pervertidas con personajes del mundo de la pintura. Un libro fresco, sutil y excitante a la vez.


Pocos escritos exploran el amor de una mujer con tanto detalle y con tanta sutileza como este diario inédito y no censurado de Anaïs Nin. Es el registro de una vida que trata abiertamente los aspectos físicos de las relaciones amorosas y todo el espectro de sus ramificaciones psicológicas.
He aquí una mujer que buscó la libertad de actuar desde sus deseos sexuales y emocionales con la misma libertad y abandono “amoral” que los hombres siempre han reclamado para ellos.
Cuando Nin empezó a publicar fragmentos de su diario el aspecto más francamente sexual de su vida fue eliminado, aun cuando era evidente que podría haberse dicho más de lo que apareció entonces respecto a su relación con Henry Miller y su esposa June, con el escritor y actor Antonin Artaud, con sus psicoanalistas René Allendy y Otto Rank y —lo más importante— con su padre.
Es en estos diarios no expurgados —Incesto— donde aparece por primera vez toda la parte omitida en publicaciones anteriores, toda la culpabilidad que la llevó a buscar la absolución de sus psicoanalistas y sobre todo, esa decisiva v oscura transgresión que subyace en una mente tan aparentemente libre de ataduras y prejuicios. En su cruda exposición de la lucha de una mujer para llegar a un acuerdo consigo misma, y para encontrar la salvación en él acto de escribir. Incesto desvela a Anaïs Nin sin máscaras ni secretos, aunque en el fondo permanezca misteriosa y quizá inexplicable.



Invierno de artificio de Anaïs Nin

No debes dejarte atrapar por la humanidad y sus luchas. Debes mantener vivo tu contacto con todas las cosas y tus relaciones con toda clase de gente. Siempre que te invaden excesivamente las discordias de los demás, siempre que los escrúpulos o la culpa te empujan a ir hacia atrás para ayudar a vivir a otros, y siempre que tratas en esos momentos de cristalizar hasta conformarte con un solo papel, pierdes tu capacidad de mantener y sostener la corriente, detienes los giros de las ruedas más grandes y tropiezas en los radios."
Escribe Conrad Moricand a Anaïs Nin en el invierno de 1939.



La casa de incesto de Anaïs Nin

Por Agustina Jojärt

La Casa del Incesto es una visión de Anaïs Nin acerca del amor. Un sueño empapado de aquello que nos da pudor pensar, desear y tal vez, ser.

De una manera muy rara, Nin, describe tres, o quizás más situaciones en las que enseña distintos modos incestuosos de amar. Como si hubiese pensado en una estrategia de redacción, la autora, no deja muy en claro cuáles son las partes de la novela, salvo aquello que comprende el propósito del libro: el incesto. Comienza con un sueño del que parece no despertar en toda la historia. Y una oración es esencial para entenderla -a Nin, a Sabina, a Jeanne, a la bailarina- : Mi primera visión de la tierra fue de agua secreta. La tierra es de agua; éste amor es una pavesa desconocida que arde en el estómago fulminantemente.



Anaïs Nin es una perfecta traductora del mundo real al universo de la metáfora. Es dulce, femenina y sincera; ninguna palabra es cruel. Las situaciones de su realidad pasan a través del pensamiento y se transforman en imágenes que podría decirse han sido experimentadas. Prácticamente no hay inventos; todo el relato ha sucedido en algún tiempo en una casa con mil habitaciones, bajo el mar, entre colores y perfumes sexuales. Por lo que dejan ver los personajes de la novela, algo de narcisismo se encuentra en una relación incestuosa. Un párrafo tan breve como puede ser aquel que es una simple oración -tan simple como compleja- revela: Cuando te vi, Sabina, elegí mi cuerpo.
Una mujer huele a todo su cuerpo que gotea en la boca de su hermano; el amor es un organismo que desea a otro organismo, no importa quién sea quién; a quién le importa esta forma de entregarse si es un placer que será eternamente sepultado. Todo el libro sabe a inconcluso porque estos amores son prohibidos y pudorosos. Cierta voz parece susurrar un triste poema: lo que deseo va más allá de lo que soy capaz de entender acerca del amor.



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