jueves, 23 de febrero de 2017

Dos Años

Han pasado 5 años.

No recordaba las palabras de esta nota, y mis pensamientos de entonces son los mismos que los actuales. Intento ser coherente, y eso me hace sentirme impotente en muchas ocasiones cuando veo que después del tiempo poco cambia a mi alrededor.
Veo los mismos problemas, las mismas necesidades.
Es la naturaleza humana.

Dos Años

5 de marzo de 2014 a las 19:56

Como pasa el tiempo.
Sentado, tomando un café, sin prisas y en un ambiente relajado, un dolor llegó. Juegos de la vida, anécdotas que se suelen pasarse  con un Ibuprofeno.
No fue así, algo interior se partió. Sin consciencia, sin intención, sin información. No se es consciente de nada cuando el dolor anida en tu cuerpo y tu alma.
Nada más importante que otros problemas que acucian a los demás. Pueden ser dolores del alma, pueden ser dolores del corazón, o dolores de la vida. Cada cual tiene el suyo, y en este caso, solo puedo hablar del mío
Han pasado dos años, soy afortunado. Una operación que sustenta mi alma, y después de ello, la paciencia que a veces no tengo para solventar mis ansiedades.
Valoro como otras personas sobrellevan sus propias cargas, y a su vez, analizo las mías propias en este tiempo. Soy una persona con carácter, no creo haya sido buen enfermo, también en muchos momentos soy consciente de haber perdido el rumbo.
No sirven las escusas.
Pero espero sirva la reflexión para volver a encontrar ese camino que en su momento decidí.
No es fácil la convivencia cuando el dolor ha convivido o convive contigo. No es fácil aceptar el miedo, que no la resignación de las circunstancias. No es fácil aprender a vivir de nuevo.
O, al menos, no es fácil para mí.
Ni tampoco para las personas a las que quiero, ni para las personas que me rodean.
Todos elegimos un camino, nadie nos obliga a él. Somos únicamente responsables de nuestras propias decisiones, y si alguien decide acompañarnos será porque así lo desean.
Pero como todos los caminos, la vida tiene altos y bajos, curvas y zigzagueos. Obstáculos que se deben superar. A veces no se es consciente de que hemos podido abandonar ese propio camino.
No me resulta fácil ser coherente cuando las circunstancias no han sido favorables. No me resulta fácil cuando los cambios en mi ritmo de vida han sido necesarios para poder recomenzar de nuevo.
No solo me afectan a mí, afectan a mis cercanos, y eso mismo me hace más difícil sobrellevarlos, porque soy consciente de su afectación.
Reflexiono.
Valoro a quien está a mi lado.
Amo, quiero y sufro.
No creo que ni más ni menos que otras personas. Pero yo vivo mis sentimientos, no estoy dentro del corazón de los demás.
Solo puedo valorar sus actos, porque las palabras se quedan en el aire o se pueden olvidar. Solo los hechos quedan para la realidad.
Hechos conscientes o inconscientes, como los míos.
Actos que definen mucho más que las propias palabras.
En muchas ocasiones queremos avanzar y nuestro pasado nos impide evolucionar. A veces nuestros deseos superan aquello que realmente somos capaces de hacer.
Limitaciones.
Las mías propias, las de los demás. Todas nos afectan.
Sobrellevarlas. Valorar que debemos evolucionar, aceptar y seguir adelante.
No creo sea fácil, pero necesito aceptar y caminar hacia adelante.
Muchas veces el egoísmo me puede cegar. A su vez, procuro valorar las ideas, los actos, tanto los propios como de mis cercanos.
No debo juzgar.
Solo intento caminar. Volver a recobrar mis planteamientos. No pretendo gustar a todo el mundo. Me conformo con poder dormir con la conciencia tranquila de haber intentado ser coherente conmigo mismo.
Eso debe llevarme a ser coherente con los demás.
Pienso que como a mí, a todos nos gusta tener cerca a las personas que queremos.
La pregunta que me hago es: ¿a cualquier precio?
Creo que no.
Soy lo que soy.
Hombre, persona, y en el mundo Bdsm, Amo.
Muchas veces me replanteo que derecho tengo a ello. A sentir que mi manera de ser, o mi forma de pensar, o mi manera de actuar, deben influir sobre otras personas.
No tengo ningún derecho.
No veo este tipo de relaciones solo como sexuales. Considero que una verdadera relación de este tipo necesita entrega, cariño, deseo y amor.
Difícil.
Un sacrificio personal en la que todas las partes dejan algo de sí mismos para ponerlo en conjunto.
Me planteo muchas veces si merece la pena.
Para mí, es mucho más que ser amigo, mucho más que tener sexo. Son relaciones en las que el poso de la verdad rigen los problemas que cada uno tenemos.
Donde las dudas y nuestras propias circunstancias, dejan huella en los demás.
Me es indiferente el rol. Sin aportaciones personales, sin implicación, solo hay sexo.
Sin respeto no existe.
No creo sean muy diferentes a cualquier otro tipo de relaciones que cada uno podamos tener.
Y solo, con una valoración real y consciente de aquello que nos aportan, entiendo son positivas.
Como la vida, guste o no, existen reglas. Reglas que debemos aceptar. Pactos que hacen que la dignidad de cada cual jamás quede por encima de los demás.
Hoy reflexiono.
Han pasado dos años, la vida que nos rodea es tan diferente como los cambios que a título personal me han afectado.
La sociedad en la que vivimos es diferente. Problemas y más problemas. La convivencia en general siento que se hace más dificultosa. Las relaciones se complican porque todos tenemos dudas de aquello que vivimos o deseamos vivir.
Debo afrontar mis problemas, como todos. Intento apoyarme en esas personas a las que quiero.
Pero sobre todo, debo ser yo mismo.
Desconozco quien estará mañana a mi lado. Desconozco el futuro.
Quizás no exista o se cumplan mis sueños.
Pero quiero vivirlo en dignidad. Con respeto a los demás y a mí mismo.
Mis limitaciones debo de aceptarlas. Trabajar en mí mismo para ello. Intentar conseguir algo imposible, la felicidad.
La mía y la de quien me rodea.
Poco puedo hacer más que intentar compartir mis reflexiones y aportar en un esfuerzo diario mis opiniones.
Una serie de reflexiones y comportamientos que quizás puedan servir a algunas personas. O quizás solo a mí mismo.
Es mi forma de ver la vida. Y entiendo que no tiene por qué gustar a todo el mundo.
Hoy hace dos años.
Solo se eso, han pasado dos años.
Y miro hacia adelante, sin acritud hacia el pasado. Sabiendo de dónde vengo, sin buscar culpas del pasado, aceptando las circunstancias y tomando de esas experiencias lo positivo que hay.

Con esta maleta de mi vida, sigo mi camino.



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