Los días avanzan.
Días que siempre quieres vivir.
Tranquilos, disfrutando, sintiendo.
Pero la vida no nos suele dar a ninguno aquello que
queremos.
Quizás unos privilegiados sientan que tienen todo lo que
desean o aspiran, o quizás es que le pides mucho a la vida.
No lo sé.
Cada uno lleva dentro forjar su destino, sin saber, sin
querer, o quizás precisamente por eso, porque no hacemos nada o hemos hecho
demasiado.
Nunca se sabe que va a pasar, que va a ocurrir.
Sencillamente, pensamos que hacemos lo mejor.
Porque quejarme de mi lotería, todos tenemos números y, antes o después, a todos nos tocará.
Cuando llega el momento de tu primera apuesta, o quizás, de la que en este momento
te corresponde vivir, recuerdas las pasadas y las que deseas volver a tener.
Siempre lo he dicho, soy un privilegiado. Mi pareja, mi
mujer. Mi vida. Mis hijas.
Todos tenemos un día melancólico, quizás hoy.
Nos acercamos a la prensa escrita, o a los medios de
comunicación, a que nos juzguen, o quizás a que nos machaquen delante de todos.
Es lo que se lleva.
No creo que sea así.
Nos acercamos a nosotros mismos, a como somos, a nuestra
vida. Expresamos en comentarios y en imágenes como somos. No será en un
momento, pero si a lo largo del tiempo todos tenemos una imagen que se acerca a
la realidad de quien es, y que se es en cada momento.
Disgustarse es absurdo.
La vida nos da y quita momentos, nos da y pone a cada uno en su sitio.
A veces, escribir es una forma de relajarte, de expresar. No
pretendo decir nada en particular, sencillamente, escribir.
Hoy es un día de esos.
Mañana, todos queremos seguir disfrutando, sintiendo.
Viviendo.
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